Dormitorio de Gabriella

Artemisa me ayudó a hablar con Gabriella y al parecer entre los dos la habíamos motivado para que no viera en negativo quedarse con nosotros.
No tardó mucho en que Lily vino para informarnos de que la comida estaba servida, y fuimos los tres a comer un poco de pollo con patata que había cocinado Lily y servido en la cocina. Lily se encargó durante toda la cena de Gabriella, cortando le la comida y ayudando la a que aprendiese a comer sola, era grande suficiente. Era divertido ver como se llenaba la boca de comida y se ensuciaba un poco la cara con la comida. Mientras Gabriella comía miré a Artemisa, esta vez olvidando de mi enfado que tenía antes, que por suerte no fue nada y olvidndo mi tristeza. Solamente pensando en el buen momento que estaba pasando, estaba con dos personas que me importaban mucho y no parecía que nos faltaba nada de nada – mañana también me tomaré el día libre y comenzaré con la mudanza, intentaré quitar todo lo posible del medio, aun que creo que me tendré que tomar un par de días más, aun que por si acaso me pasaré por San Mungo una hora – dije parando un momento de comer para poder hablar con claridad.
Después de cenar todos tranquilamente Lily comenzó a retirar los platos, los vasos y los cubiertos. Yo miré a la hora y veía que ya eran las siete y media de la noche y Gabriella solía dormir a las ocho. Lo cual después de limpiar un poco a Gabriella con una servilleta la cogí entre mis brazos - ¿hay que prepararte para ir a la cama? - pregunté con una voz infantil dirigiéndome a ella. Ella negó con la cabeza y escondió su rostro en mi hombro. Yo me comencé a reír y me giré hacia Artemisa – vamos a enseñar a esta como se hace las cosas – Después de decir eso me fui al baño con Gabriella entre brazos todavía, me paré un momento en una bolsa uqe había traido de ella donde había un pequeño taburete para que se pudiera subir en él y llegar mejor a la pica del baño. También cogí el neceser de ella. Fuimos al baño y entregue a Gabriella su cepillo de dientes y antes de hacer algo más comenzó a sonar mi móvil desde el salón. Entregué la pasta de dientes a Artemisa – ayuda la a que se limpie los dientes, la cara y bueno, todo yo ahora vuelvo – me fui un momento del baño para atender a mi móvil.
Conversé en el móvil más del tiempo previsto, al parecer era algo urgente que me tenían que contar, pero no lo suficiente como para que me ausentara un momento de casa. Al volver del baño Artemisa había conseguido preparar a Gabriella ya limpia e incluso con su pijama puesto – vaya! Si ya estás lista – dije volviendo a coger a Gabriella entre mis brazos - ¿vamos a dormir? - Gabriella no contestó pero se froto con una mano los ojos. Sonreí dulcemente, se me hacía extraño estar tanto tiempo con ella pero era algo que me comenzaba a gustar.
Nos fuimos a la habitación de Gabriella y la tumbé a la cama tampandola bien para que no pasara ningún frio - ¿hay que leerte un cuento? - Gabriella asistió y abrazó con fuerza su peluche favorito, pero antes de que pudiera abrir la páguina aseñaló a Artemisa, sonreí al ver que Gabriella quisiera que ella se lo leyera, eso significaba que la caía muy bien. Alcé el libro para que Artemisa lo cogiera e indiqué que se sentara con Gabriella en la cama mientras que yo me sentaba en una silla que había por allí y contemplar con tranquilidad la situación.

Lily nos aviso cuando tuvo la cena lista y fuimos los tres a comer, fue ella quien se encargo de gabriella, mientras nosotros las mirábamos yo por lo menos sin dejar de sonreír, Lily fue enseñándola a comer sola, y ella se manchaba entera de comida cuando lo intentaba, pero igualmente parecía seguir igual de contenta que cuando estaba jugando en el patio, me alegraba de que estuviera así y no echase tanto de menos a sus padres. Resultó una cena bastante divertida y hasta Mike parecía que estaba de mejor humor y se le había pasado todo lo de antes-ojala pudiera hacer yo lo mismo, pero no puedo faltar en el ministerio por ahora, hay mucho que hacer y cuanto antes me lo quite de en medio antes podre tomarme unos días para estar con vosotros-dije recordando las vacaciones que queríamos tomarnos, cada vez las veía mas lejos sinceramente, pero sería mas fácil si yo lo llevase todo al día y no con retraso como iba.
Cuando terminamos al principio gabriella no tenía mucha pinta de querer irse a la cama pero igualmente Mike la cogió en brazos y la llevo al cuarto de baño para que se prepararse para ir a dormir, pero cuando llegamos al baño el móvil de Mike comenzó a sonar y debía de ser algo importante por que se tiro hablando un largo rato, mientras fui yo quien estuvo ayudando a Gabriella, a cepillarse los dientes, lavarse la cara y todo lo demás, no lo hacia todo muy solo menos lo de lavarse de dientes, que no se como pero se había manchado de pasta de dientes hasta en la frente, no pude evitar reír al verla así-sera mejor que te limpies bien antes de venga Mike y te vea así-dije divertida y la ayude a limpiarse bien la cara. Para cuando regreso su hermano, gabriella ya estaba totalmente lista para irse a dormir y hasta le parecía que ya no le quedaba nada de la energía que tenía antes, estaba bastante cansada de todo el día jugando. Mike volvió a cogerla en brazos y la llevamos a la que a partir de ahora seria su habitación, allí ya tenía algunas de sus cosas, muñecos y cuentos, ademas de ropa y otros juguetes, quiso que yo le leyera un cuento, por lo que me senté en la cama junto a ella, mientras Mike se quedaba en una silla-Peter Pan-leí la portada del cuento-este me gustaba a mi cuando era pequeña-comenté sonriendo, comencé a leerle el cuento, enseñándole el libro para que viera los dibujos que había en las paginas y al poco se quedo dormida, sonreí al verla tan tranquila ajena de todo lo que había ocurrido ese día, ojala nosotros pudiéramos quedarnos dormidos de la misma manera, pero todo era mas fácil cuando no se llegaba a los dos años. Me separe con cuidado de no despertarla al levantarme, y le indique a Mike para que saliera conmigo de la habitación sin hacer ruido, le di un beso en la frente a gabriella antes de salir y cerrar la puerta para que no la despertase ningún ruido