Jardin y piscina

Mike me acompañó hasta mi casa, durante el camino había seguido oscureciendo y ya era practicamente de noche, no nos habíamos encontrado con nada raro por suerte, pero aún asi me alegraba que viniera, abrí la berja de la calle y entramos en el jardin-gracias por acompañarme-le dije con una sonrisa-aunque ahora esta mas oscuro que antes-y el tenía que volver solo a su casa que aunque tampoco estaba tan lejos había una distancia considerable-siento todo lo que se ha formado, tenía que haberme dado cuenta antes

- Artemisa, no me seas tonta, tu no puedes sentir nada por que todo fue mucho mas que mbien, Ginna y mi padre no nos han matado con preguntas, mi padre solo se precupo un poco por lo que dije antes y contigo... - no encontraba palabras que pudieran explicar aquello, bajé la cabeza con una sonrisa y cuando la volví a subir ya encontré palabras - contigo fue simplemente perfecto- dije mientras me acercaba para besarla una vez más en sus labios - pero lo que me extraña es que fue tu primera vez y los dos lo notamos y vimos pero entonces, las fotos tendrán que demostrar otra cosa, y verdaderamente es uqe me siento estupido tanto rollo para que luego resulta que las fotos son mentira, y me quiero disculpar con toda mi alma por ser tan imbecil - hice una pequeña pausa - eso sí no creas qeu será la última vez por que a mi me encantaría repetirlo pero con más atención, pero hay que reconcoer algo, a pesar de ese fallo no lo has echo absolutamente mal - dije sonriendo de oreja a oreja

-parece que las fotos al final no fueron mas que un montaje-después de todo lo que se habíaformado por esas estupidas fotos resultaba que eran mentira, aun así iba a averiguar quien había sido de algún modo-es normal que te moestara verlas a mi tampoco me gustaria abrir una revista y ver que hay fotos tuyas haciendolo con otra, estas perdonado-le di un beso en los labios, con una sonrisa por lo demas que decía-tu tambien has estado genial, ha sido algo inolvidable-dije con una sonrisa algo tonta, pero que le iba a hacer estaba totalmente enamorada de el-estaré encantada de repetirlo sin un final tan dramatico-hubiera sido mucho mejor si no hubiera pasado esto ultimo, pero mejor que nos hubiesemos dado cuenta ahora y no el sabado, que ya sería bastante tarde-anda será mejor que vuelvas ya a casa, es tard-me acerque a el y le diuna beso en los labios-ten cuidado

- Siempre lo tengo - dije con suavidad y sonrei medio enbobado - buenas noches, que duermas bien - le dije con la misma voz de suavidad que al principio. Me separé de ella para girarme y comenzar a caminar esa calle por cuarta vez al día, segunda vez hacia la misma dirección, pero algo que no podía discutir era que este día no lo iba a olvidar con tanta facilidad, sino lo iba a guardar en mi memoria para poder recordarlo cuando quiera. Algunas personas decian que la primera vez es especial, otras que es muy doloroso, pues la verdad es que un poco de dolor tenía, pero la alegría hacía que el dolor desapareciese.

Aparecimos cuatro calles lejos de la casa de Artemisa, estaba todo escuro porque era de noche, prefería no mirar la hora para no ver que hora era, ya que seguramente iba a ser bastante tarde. Volví a coger mi varita por si nos apareciera alguien de frente o cualquier lugar y nos atacara. Comencé a caminar teniendo a Artemisa de lado pero extrañada mente no la cogí de la mano, o no pasé ningún brazo alrededor suya como me gustaba hacer antes. De alguna manera estaba un poco defraudado de su parte. Acabamos de caminar las calles hasta llegar a la puerta trasera de su casa donde tiempo anterior también la había dejado una vez. Miré el jardín y los alrededores. No había cambiado para nada el lugar que solo llegué a ver poco. Después de eso miré por primera vez a Artemisa después de irnos de transilvania con una desaparición.
- Si me utilizan como cebo algún día deja que lo hagan, me saco mejor yo de problemas que los alumnos -
Dije con un poco de tono de enfado, pero era cierto, se podía justificar que el conde conocía el punto débil de Artemisa y eso era algo que se tenía que evitar.
- Ahora que eres la ministra nuestra relación sufrirá todo tipos de peligros, no se puede evitar, ni con una firma -

Antes de que yo hiciese nada Mike me cogio del brazo y ambos nos desaparecimos, despues de la desagradable sensacion que dejaba la desaparición, reconocí las calles rápidamente estábamos en Godric's hollow unas cuantas calles mas allá de donde estaba mi casa. Mike me soltó y ambos caminamos en silencio hacia mi casa, sin tocarnos lo mas minimo, ni siquiera nos mirabamos, por lo menos no hasta que no llegamos a casa, para entonces ya habia un silencio bastante incomodo formado entre nosotros, cosa que resultaba una extraña sensación, y que no recordaba hubiera ocurrido antes. Entramos por la puerta de atras que daba al jardin y a la piscina, entramos los dos y el fue el primero en romper aquel silencio-seguro que tu solo sales perfectamente de un castillo lleno de vampiros-dije con sarcasmo ademas de algo enfadada , sabia que el me miraba pero yo no lo hice hasta que termino de decir lo segundo-¿y por que sea la ministra tengo que dejar que te hagan daño? y si se podia arreglar todo con una firma, no solo te hubiera sacado a ti de alli si no tambien a los demas desaparecidos, entrar en la casa de otro con una varita en la mano no es mejor solución que una firma, Mike-segui diciendo enfadada mirandole directamente a los ojos, pero despues de aquello no pude seguir enfadada y simplemente me abrace a el-no tenias que haber ido, me queria a mi y solo para conseguir a otra persona, los demas le daban igual menos tu y eso es por mi culpa,

Iba a decir algo más pero antes de poder decir algo ella ya se había abrazado a mi y no pude hacer nada más que dar un suspiro y rodear la con los brazos acariciándola suavemente, al fin y al cabo, no podía echarle la culpa.
- Estabas supuesta mente como ministra allí, yo no, pero no podemos compaginar las dos cosas a la vez - dije con voz suave - saben cual es tu punto débil, sé que te será difícil pero debes de intentar separar tus sentimientos y tu trabajo, no solo tú sino también yo, no fui como auror, sino como tu pareja, avisé a Ariana del secuestro, pero tenía que haber asistido como auror, era una misión -
Me paré un momento de acariciar su cuerpo en el abrazo y me separé un poco de ella, la miré con una sonrisa, ¿como podía estar enfadado con ella? era todo lo que quería y me resultaba difícil estar enfadado.
- No sé lo que habría pasado no hubiera interumpudo junto a Deyanira, quien sabe si esos documentos tienen trampa -
Por eso a documentos importantes se solía comprobar por si había hechizo o cualquier cosa por el medio que podría manipular el documento. Alcé su barbilla para poder mirarla a los ojos.
- Creo que tu debes de descansar -

El me abrazó y me sentí mucho mejor que hace unos minutos, ahora estaba casi todo bien, y sabia que no podrían hacerle daño, aunque estaba segura que si aquel par había entrado una vez en mi casa sin que nadie se diera cuenta podrían hacerlo una segunda vez, pero si ocurría estábamos los dos, y por lo menos podría hacer algo para impedirlo, di un suspiro pesado cuando el siguió diciendo que tenia que separar sentimientos y trabajo-yo puedo hacerlo pero el resto del mundo seguirá sabiendo que tu eres mi novio y que te quiero con locura, por lo que si desean hacer algún mal no dudaran en atacarte a ti antes que a mi, es mas fácil llegar a un auror que a una ministra, y tu no eres un auror cualquiera, por mucho que me empeñe tu sigues siendo lo mas importante, tenlo en cuenta la próxima que hagas algo como lo de hoy, que yo sea ministra no solo me afecta a mi, si no también a ti.-se separó un poco de mi mirándome con una sonrisa y no pude evitar sonreir yo tambien, me encantaba verle sonreir no podía evitarlo si el estaba bien eso era lo unico que yo necesitaba saber para estar mas tranquila -pero llegaste a tiempo, no se como lo haces pero siempre me salvas de todo, como auror y como pareja, no se que haria sin ti la verdad-le di un pequeño y corto beso en los labios y luego el dijo que deberia descansar -¿vas a quedarte?

Dejé el tema tranquilo, de poco nos iba a servir hablar ahora de lo ocurrido además de que yo ya tenía suficiente en la cabeza con lo último que llegué a ver del castillo, sobre Victor. Era algo que tenía que explicar, porque no le veía ninguna relación lógica. También estaba seguro de que Artemisa tampoco le apetecería mucho hablar del tema, para mi lo importante era que los secuestrados estaban a salvo, pero lo realmente importante era que ella estaba a salvo, y esta conmigo. Cuando me preguntó si iba a quedarme la miré de reojo - No tengo nada aquí, no tendría ni para cambiarme ¿o necesitas urgentemente mis servicios? - pregunté con una sonrisa burlona. Me acerqué a ella un poco más y dirigí mis labios a su mejilla, donde me dediqué a jugar un poco dando unos ligeros besos encima de ella, intentando que sea unos sencillos movimientos pero a su vez muy suaves. En cierta forma no me apetecía irme, quería quedarme con ella, como anoche en mi apartamento, los dos solos y estando tranquilos, haciendo lo que queramos, hablando y riendo de las cosas. Pero a su vez tenía ganas de relajar mi cuerpo de tantos nervios que tenía en transilvania y solía hacerlo mejor solo. Pero creo que eran las ganas de quedarme que superaban las otras.

Dejamos el tema de todo lo que había ocurrido en transilvania a un lado volviendo a estar solo el y yo, por lo menos hasta el día siguiente se iba a acabar el ministerio y san mungo y podríamos estar como habíamos estado antes de salir del colegio, solo nosotros dos sin importar el resto aunque ya no era tan fácil eso. Sonrei mientras sentia sus labios sobre mi mejilla -quedate... ahora que se que tengo que reforzar las defensas de la casa, necesito un auror conmigo y hoy he tenido un largo dia de trabajo por lo que no me vendria mal un sanador con gran habilidad para los masajes-no tenía ninguna ganas de que se fuera, me hubiera encantado poder tener otra noche como la de ayer, los dos solos, sin problemas ni peligros ni aventuras ni nada, solo nosotros una cena tranquila y el resto de la noche los dos juntos-Lily puede ir a tu casa por lo que quieras, es mas rapida que nadie desapareciendo y apareciendo-y hablando de la elfina, ¿donde estaba? desde que habian llegado los dos vampiros no la habia visto y tampoco vino, a saber si esos dos idiotas no le habian hecho algo, y como fuera asi ese conde si que se iba a enterar bien de quien era la ministra de magia-quedate...-volví a pedirle

Suplicó que me quedara con ella, la primera vez que suplicó negué suavemente con la cabeza, aunque con una sonrisa. Cuando dijo lo de Lily pensé que era buena idea, pero no quería molestar a la elfina que ha saber si aún seguía con las tareas de ella - no quiero molestar a Lily con ello - Volvió a insistir a que me quedara y ya no podía negarme más, me reí un poco. Si yo era el infantil, creo que ella me acaba de superar. Acaricié suavemente su mejilla con las yemas de mis dedos, como si estuviera inspeccionando su cuerpo, ya que de la mejilla, bajé a la cintura acariciando las partes del cuerpo que me venían de camino. Cuando mi mano paró en la cintura la puse detrás de ella para acercar la a mi esos últimos centímetros que quedaban - vale... - dije alargando la palabra con una risa. Después de eso reduzco el mínimo espacio que había entre nosotros con un largo y profundo beso, disfrutándolo en todo momento. Resultaba difícil de creer, pero ya echaba de menos esos labios tan suaves a pesar de poder haber los tocado esta mañana. Al acabar el beso me separé un poco de ella para mirarla a los ojos con una sonrisa, reí ligeramente y apoyé mi frente contra la suya, pasando la otra mano que no tenía detrás suya a su cabello, acariciándolo cuidadosamente como si fuera algo frágil. Después de eso ya me separo un poco más de ella - anda vamos, que no hay que estar todo el día afuera, todavía hacer frío - dije protestando un poco. La cogí de la mano entrelazando mis dedos con los suyos, como si tuviera miedo de perder la, como si todo esto fuera un simple sueño. Al pasar al lado de la piscina pensé algo gracioso y paré a Artemisa - algún día te pienso tirar a la piscina - dije con una risa traviesa y juguetona, queriendo que solo lo supiera por si algún día me apeteciera tirarla a la piscina.

(off rol: si quieres puedes postear ya en alguna otra parte de la casa o arte "cae" a la piscina)

Por fin llegué a casa del trabajo, estaba bastante cansada de todo el día y había preferido volverme antes de la hora habitual como llevaba haciendo desde hace unos cuantos días, estaba mas susceptible en la mayoría de cosas y solía saltar a la primera de cambio, pero simplemente me ponía de los nervios tanta gente hablando a la vez y pendiente de que revisara un informe u otro, era una única persona no podía estar en todo a la vez. Aunque al final Ted me había hecho un favor dando la noticia en el porfeta de que Mike y yo íbamos a tener un hijo, ahora que todos sabía que estaba embarazada no resultaban tan agobiantes como cuando no lo sabían, aunque ya tenía planeado que después del primer mes iba a empezar a trabajar desde casa, yo no aguantaba nueve meses con el ritmo de estos últimos días. AL llegar a casa Gabriella que estaba en el jardín corrió hacia mi, ahora que se iba acostumbrando a vivir con nosotros cada vez resultaba mas cariñosa y parecía acordarse menos de sus padres de verdad, la cogí en brazos, sonriendo hable un poco con ella y me contó lo que había estado haciendo con lily aquella mañana, la elfina estaba haciendo un gran trabajo con ella, y era algo que le agradecía de todo corazón, la deje jugando, entre en casa y deje un par de cosas, y volví a salir sentándome en el jardín con la carpeta del trabajo para poder ver a Gabriella mientras tanto, había tenido un largo día pero aunque ya no estuviera en el ministerio seguía teniendo trabajo que hacer, y ahora ya estaba mucho mas tranquila.

El Sol se ponía en el horizonte, y ya se sabe, en invierno en Inglaterra oscurece con mucha rapidez...

Tanta que las farolas no tardan en encenderse, el viento habitual comienza a soplar, arrastrando las hojas secas de los árboles.

La casa de los slytherin, era un lugar acogedor, su jardín, su piscina, sus habitaciones... pero era un lugar grande para solo dos personas, hasta podía ser deprimente el echo de estar solo en ella. Ahora solo Arte se encontraba en ella en compañía de su elfa doméstica Lily y la pequeña Gabriella.

Arte trabajaba todo el día, y el cansancio hacía mella en ella, tantas responsabilidades para una persona de su edad... además del bebe que estaba en camino. La joven estaba enfrascada en sus cosas cuando pudo oír a la pequeña Gabriella reír, una risa jovial, inocente, la de un bebe, ese tipo de risas capaz de hacerte sonreír a tí también y cuando alzó la cabeza para buscarla no encontró lo que esperaba.

Gabriella estaba allí, riéndose y jugando... con un hombre, era alto, y Arte ya lo conocía... era el Conde. Tenía a la pequeña cogida en brazos, y la miraba como si fuera un animal pequeñito, casi parecía haber ternura en sus ojos. La perra de Artemisa, Kira, estaba junto a el Conde y su rabo se movía de un lado a otro como si estuviera contenta ante su presencia.

Señorita Slytherin, es un placer ver que todo va bien en su hogar - dijo el conde sin apartar la mirada de la criaturilla - Espero que recibiera mi carta, me tomé muchas molestias en enviársela y sin embargo creo que usted no se ha tomado la molestia en leerla... o al menos en considerar mi oferta. - el conde hablaba con suma tranquilidad como si lo que pudiera hacer Arte no le importase lo más mínimo - ¿Sabe que la señorita Dumbledore ha vuelto a Transilvania? A mi castillo, ahora mismo se encuentra en una posada, regentada por la anciana May, he estado observando como duerme por las noches. No se si la vio dormir alguna vez, pero es muy dulce, se la ve tan... vulnerable - dijo el conde sonriendo mientras pronunciaba esa palabra muy despacio - Pero disculpe mi falta de modales. ¿Como se encuentra? ¿Todo bien? Espero que su pareja se esté recuperando de la lamentable pérdida de sus padres eso fue algo... trágico

Por primera vez, el conde miró a Arte y sonrió complacido, esperando su reacción

Estaba sentada en el jardín aun liada con cosas del trabajo, estaba cansada ya de tantos informes sobre Gringgots, San mungo y los departamentos de ministerio, pero sobre todo era Gringotts quien mas informes me daba, los duendes reclamaban que los magos participásemos mas en la seguridad del banco mágico, como si gringgots no fuera el lugar mas seguro del mundo mágico después de Hogwarts, ni el ministerio con todas las nuevas medida que estaba tomando contaba con tanta seguridad como el banco de los duendes. Y luego seguía teniendo un pequeña problema con el Profeta y su rapidez para publicar noticias que solo empeoraban los ánimos de la población, por ahora no iba siendo nada grabe pero un día de estos terminaría por coger a Ted y echarle la bronca, era el mejor amigo de Mike y sería el padrino de nuestro hijos, pero también un auror y aunque fuera redactor del profeta no podía ir sacando todo lo que ocurría. Seguí a lo mio mientras escuchaba a Gabriella jugando, oí la risa de la niña y no pude evitar sonreír también era algo contagioso, levanté la cabeza para mirarla un momento y la sonrisa se me borro de la cara, allí estaba la persona que menos quería ver, el conde Claus tenía a Gabriella cogida en brazos. Oí sus palabras aun sin moverme por la sorpresa que me había dado, pero mas tarde conseguí reaccionar y lo primero que hice fue acercarme a él y quitarle a Gabriella para cogerla yo en brazos, algo nerviosa pero logrando que no se notara mucho, no quería que la niña estuviera cerca del conde pero no me atrevía a dejarla sola dentro de casa- Deje tranquilos a Ariana y a mi familia también, ellos no tienen nada que ver con usted, quiere hablar conmigo pues hable, pero deje en paz a mi familia, lo de los padres de Mike no fue un tragico accidente y usted lo sabe mejor que yo, así que déjese de modales y diga a que ha venido-no estaba de humor para cortesías y menos sabiendo que el era el causante de que Gabriella se hubiera quedado sin padres y que lo mismo que había hecho con John y Ginna podía hacerlo con Mike si se lo porponia

Cuando el conde vio que se acercaba Artemisa miró a los ojos a Gabriella por última vez y dijo con voz suave:

Duerme

Cuando Arte cogió a Gabriella la pequeña estaba profundamente dormida y el conde le dijo con suavidad:

Creo que de lo que vamos a hablar ahora no es una experiencia que un bebé tenga que recordar así que... ¿Por donde iba? - dijo el conde con voz sarcástica, pero su aspecto cambió terriblemente, y ahora miraba a Arte como un tiburón mira a un bañista, como una araña mira a una mosca que está en su tela - ¿De verdad tengo que explicarle para que estoy aquí hoy señorita Slytherin? - su voz iba cargada con una furia contenida - No me trate como a un estúpido jovencita, sabe perfectamente por qué estoy aquí, le estoy dando un ultimatum - la voz del conde sonó tan cortante como el filo de una navaja - O me entrega a Víctor Claus o voy a empezar a matar gente, ya le he dicho que la vida de la señorita Dumbledore pende de un hilo muy fino, casi tanto como la del señor Coman o cualquier persona que en algún momento halla podido importarle.

La sola presencia del conde parecía ocupar toda la sala y era realmente agobiante estar ante el.

Aunque quizás tenga que mandar un mensaje al resto del mundo, si, puede que sea eso ¿No movería el mundo su querido señor Coman por que usted estuviese bien? ¿Como se sentiría si al volver a casa usted ya no puede ver... porque no tiene ojos? ¿Como se sentiría si encontrase su casa cubierta de la sangre a la que más ama? Quizás el si fuera algo más complaciente, puede que tenga que ir a verle. Está claro que usted no va a ceder ¿No es cierto? - dijo el conde interrogante - Un antiguo proverbio dice "Quien la sigue la consigue" y puede creerme cuando le digo que soy capaz de seguir mucho tiempo así. ¿No está tentada a hacerlo? - el conde miraba a Arte ininterrumpidamente - ¿Que se siente al vivir con miedo señorita Slytherin? Se donde vive, se lo que hace cada mañana al levantarse, se cuanto tiempo deja a la criaturilla sola al cargo del elfo doméstico, se donde trabaja, lo se todo para hacerle daño ¿Acaso le importa más la vida de uno que la de todos los que ama?

El conde sonrió a Arte y dijo:

La última vez que nos vimos estábamos a punto de llegar a un acuerdo ¿Que ha pasado para que ya sea imposible convencerla?

Me asusté al principio al ver como Gabriella cerraba los ojos pero cuando la cogí en brazos pude ver que solo dormía, eso debía ser obra del conde también, llame a Lily y le entregué a Gabriella para que se la llevase a dentro de la casa y se quedara cuidando de ella, aquel desde luego no era lugar para ella en estos momentos. Oí lo primero que dijo, el parecía enfurecido, pero no se como pero no sentía miedo hacia aquella furia suya, si no que me molestaron también sus palabras.- Usted ya ha empezado a matar gente por si no lo recuerda, John Coman y Ginna Donovan eran los padres de verdad de Gabriella, y usted la ha dejado sin ellos, John ni siquiera era mago, no tenían nada que ver ni con usted ni con Victor, y no entiendo por que tengo que ser yo quien le entregue a Victor, son sus problemas familiares, de su familia, así que deje a la mía tranquila-iba a seguir diciendo cosas pero después de oír lo ultimo termine por morderme la lengua, puede que no tuviera miedo por mi, pero si por Ariana, por Gabriella, por Mike y sobre todo por la pequeña criatura que estaba dentro de mi en esos momentos.
-Mike no moverá un dedo para ayudarle si me hace daño antes, sino todo lo contrario sería el primero en ir contra usted-y por mucho que odiara aquella posibilidad sabía que era cierta, Mike no se iba a quedar de brazos cruzado si el conde nos hacia daño a mi y a nuestro hijos, igual que sabía que tampoco iba a hacerlo con la muerte de su padre, solo que esperaba poder arreglar eso yo antes que él-ahora soy yo quien tiene motivos para encerrarle en azkaban conde, por asesinato tanto de una bruja como de un muggle, así que déjese de amenazas por que a eso también se jugar yo-estaba furiosa con el conde pero no era conveniente que en la situación en la que estaba estallase y empezara a hablar mas de la cuenta, por supuesto que no iba a cambiar una sola vida por la de mis seres mas queridos, pero no podía dejar que el primero que amenazase a mi familia pudiese tener todo el control que quisiera sobre mi - ha pasado que usted ha asesinado a gente inocente, y si ya creía poco en su palabra contra la de Victor, ahora confió menos aun en lo que usted afirmaba, ademas de que en aquel momento estaba entre la espada y la pared, o firmar o mataría a Mike, quiero que me de la posibilidad de hablar con Victor para saber bien a que le estoy ofreciendo mi apoyo,

El conde puso cara de sorpresa y dijo con voz totalmente atónita:

¿Así que se me atribuye el asesinato de John Coman y Ginna Donovan? - miró a Arte sonriente y dijo con voz burlona - ¿Bajo que pruebas? - la sonrisa del conde era como la de un bufón - Hasta donde leí en el periódico muggle lo mató un cocinero demente en un descuido de su guardaespaldas. Pero si usted dice que fui yo supongo que sería, aunque he de reconocer que a la hora del crimen estaba haciendo unas compras en Harrods y el dependiente del puesto de helados podría dar testimonio de ello - el conde miraba a Arte con superioridad

Y ya se lo he dicho señorita Slytherin, usted tiene que poner en búsqueda y captura al señor Víctor Claus porque ha matado a dos de mis hijos e intentado asesinarme, es más, si mal no recuerdo usted estaba allí cuando el apareció con claras intenciones de arrebatarme la vida y no hizo absolutamente nada por impedirlo... - el conde apareció en la silla que antes ocupaba Arte y miró sin interés los documentos que había sobre su mesa mientras decía - ¿Decía que sabía usted jugar a qué señorita Slytherin? Ah si... amenazas. - volvió a sonreír - ¿Sabe cuanto tardo en matar a un elfo doméstico y un bebe señorita Slytherin? Se asombraría de lo rápido que puedo llegar a ser, ahora mismo están a menos de 10 metros de mí, y recorro esa distancia en aproximadamente medio segundo, me sobra la otra mitad de segundo para acabar con los dos. Pero eso sería una amenaza y no queremos llegar a eso recuérdelo

El conde se acomodó en la silla y dijo con satisfacción:

Si tiene algún motivo para no creer en mi palabra yo, al contrario que usted puedo darle evidencias, como las cenizas de mis hijos y las estacas que usó Víctor para arrancarles la vida. Eso suena a evidencia. Pero también puedo ser magnánimo y decirle que está bien que valla a hablar con Víctor tanto como quiera, seguro que usted sabe donde está y seguro que puede llegar hasta el. ¿Le parece una mejor oferta señorita Slytherin? Pero recuerde que para mí... el tiempo es algo que apremia.

-bajo la prueba de una carta que llego minutos después del accidente firmada por Ambrogino, uno de sus hijos, con el aviso de que si no coopero con usted el próximo serio Mike en vez de su padre, no solo ha asesinado a dos personas inocentes, no se que magia uso pero los investigadores se están encargando de averiguarlo, pero tengo pruebas suficientes para mandarlo a Azkaban, ademas de que se presenta en mi casa sin que nadie le haya invitado amenazando con matar a mi familia y a las personas cercanas a mi, si no me uno a su causa, incluso ha insinuado la posibilidad de dañarme a mi para que Mike colabore, amenaza, coacción y conspiración contra la ministra, contando que dirijo al wizengamot lo tengo muy fácil para mandarle a la prisión mágica no cree?-estaba cansada ya de que solo el conde fuera quien amenazara, yo era la ministra y no me iba a dejar mangonear por el primer vampiro que me torciera las cosas, y como tocase a una sola persona mas por la misma causa iba a mandarlo a Azkaban de cabeza, era un vampiro pero no por ello invencible.

-por la misma regla usted también debería estar en busca y captura por matar al padre y a la madrastra del director de san mungo, y amenaza contra la vida de Ariana Dumbledore sin dejarme hacer nada para impedirlo, no entiendo por que usted va a tener mas preferencia para que mande a buscar y capturar a alguien que lo que hizo fue liberar a magos y brujas, alumnos incluidos que usted había retenido contra su voluntad, secuestro... otro motivo mas para mandarlo a azkaban-iba a seguir pero me calle al oír lo que decía, al mismo tiempo que palidecía solo de la idea, lo peor es que era cierto que podía acabar con la vida de ambas en menos de un segundo y con la mía también si se lo proponía, estaba demasiado enfadad para haberlo recordado pero el se había encargado de ello-toque a alguna de las dos y le juro que el milenio o lo que sea de vida que tenga se terminara en breve y entre rejas, se lo advierto por ultima vez, no se acerque de nuevo a mi familia, o Victor contara con todo mi apoyo para acabar con usted. Me reuniré con Victor en breve y después de hablar con el, ya veremos como se desarrollan los acontecimientos, pero hasta entonces y después lo quiero ven lejos de mi familia, a usted y a cualquier siervo o hijo suyo, no quiero nada relacionado con su magia o sus engaños, nada cerca de ellos

El conde pareció sorprendido por la noticia de que Ambrogino había mandado una carta delatandole y su rostro lo mostró por un instante pero simplemente dijo:

Así que tiene una acusación formal de que he matado a esas personas ¿De verdad cree que eso funcionará en una apelación seria? La palabra de alguien contra la mía... He de reconocerlo, ni en parvulario lo harían mejor. Para que usted me metiera en Azkaban, la "temible" cárcel mágica tiene que encontrar algo más señorita Slytherin. Un móvil por ejemplo, yo ni siquiera conocía a los fallecidos, que interés iba a tener en verles muerto. Un arma por ejemplo, como esa que portaba el guardaespaldas cuando disparó y el cocinero cuando apuñaló. Y recuerde lo que yo tengo señorita Slytherin... una coartada perfecta - dijo sonriendo, aunque estaba claro que no le había echo ninguna gracia la mención de su hijo Ambrogino - Pero suponiendo que temiese a Azkaban, a la cual no temo porque tengo tooooodo el tiempo del mundo para estar encerrado y según recuerdo por un asesinato la máxima condena son 20 años, señorita Slytherin, puede hacerlo mejor... Veinte años para mi no son más que una siesta.

El conde sonrió ante la mención del Winzenmagot y dijo:

Señorita Slytherin, no sabe cuanta gente desea ser ministro de magia y no sabe cuantas de esas personas me agradecerían personalmente que usted dejara de respirar - cuando Arte cambió su actitud intentando defender lo que el conde había amenazado este dijo suavemente - ¿Que no me acerque a quien señorita Slytherin? Está usted un poco paranoica, si quisiera acercarme ya lo habría echo, si quisiera matar ya lo habría echo. - extendió los brazos separándolos de su cuerpo en pose benevolente - Solo quiero solucionar las cosas sin que haya daños colaterales, pero usted y su actitud solo lo fuerzan...

Cuando Arte dijo que iba a hablar con Víctor el conde dijo con suavidad:

Bien, entonces tomaré eso como que se lo pensará y lo tendrá en cuenta, espero que mi visita no le haya ocasionado molestias señorita Slytherin. Tiene usted una casa preciosa y una pequeña... exquisita - dijo sonriendo maquiavélicamente mientras se dio la vuelta, dio un paso dirigiéndose hacia la salida y desapareció de la visual de Arte

La habitación se quedó en silencio y durante un instante pareció que el conde se había marchado... Pero Arte pudo sentir de repente una voz tras de ella y algo que le pinchaba levemente el cuello a la vez que un aliento frío que dijo:

Y recuerde, estaré vigilando... Intentaré que ninguno de mis siervos la importune... Aunque entonces tendré que decirle a sus vecinos que se vallan de viaje a cualquier lugar lejano y quizás a un par de trabajadores del ministerio también... ¿No cree? Recuerde que si se enfrenta a mí... Se enfrenta al mundo entero.

Y tras eso el silencio se volvió a adueñar del lugar, Arte pudo ver que lo que había pinchado su cuello no era un colmillo, sino una rosa roja la cual habían apoyado en su cuello y con una espina le había pinchado la piel... Arte estaba de nuevo sola y en la habitación de Gabriella se escuchó nuevamente la risa de la niña. Cuando Arte pudo llegar hasta ella el suelo de la habitación estaba cubierto de pétalos de rosa rojos como la sangre, pero ni a Lily ni a Gabriella les había pasado nada.

el conde al final pareció irse pero no de forma que a mi me hubiera gustado, seguía estando en peligro yo y mi familia y sabía que ninguno estaríamos seguros o bien hasta que empezara a colaborar con el conde o hasta que este muriera. Iría a hablar con Victor en cuanto tuviera un hueco pero por ahora no iba a dejar a Gabriella y a Lily sin vigilancia ni un solo minuto. Al entrar cogí a la niña en brazos y las tres bajamos al salón de donde no deje que ninguna saliera, quizás el conde tuviera razón y me estuviera volviendo un tanto paranoica, pero no podía soportar la idea de que les pasara algo por culpa de los problemas de mi trabajo, en cuanto llegara Mike iba a pedirle que le asignara un auror a Gabriella que no se separase de ella mientras nosotros estábamos fuera, o quizás podría adelantar el tiempo que trabajara en casa durante el embarazo, como escusa para quedarme con Gabriella. Me sentía algo mareada y volvía a estar cansada por lo que me senté en el sofá y deje la carpeta de lado mientras vigilaba a Gabriella y lily hasta que Mike regresase y pudiéramos hablar con detenimiento de esto

Había pasado un mes completo desde que me ingresaron en el hospital y me dió ese ataque al corazón y de donde por poco morí. Por suerte por el momento no había sucedido nada parecido. Los pimeros días eran algo triste porque no podía jugar con Gabrilla, pero al menos podía verla y abrazarla y escuchar como leía un libro, y eso ya me había bastante feliz. Por las noches estaba feliz de poder sentir a Artemisa a mis brazos, y poder despertarme a su lado y poder comer todos juntos, y pasar momentos todos juntos. También comencé a trabajar de nuevo, hacía dos horas menos que normalmente pero poco a poco iba a volver a recuperarlas.De lo demás no sobresaltó nada de lo normal.
Llegué antes que Artemisa a casa, había salido dos horas antes de lo que ella salía normalmente por lo que aproveché para comenzar a preparar lo que sería un día especial. Compré las cosas que me hacían falta. Cenamos yo y Gabriella solos ya que había pedido a una amiga de Artemisa que cenara con ella esta noche para entretenerla un poco más y así tener tiempo de preparar las cosas y acostar a nuestra pequeña. Después de cenar acosté a Gabriella y preparé lo que tenía que preparar. Después de eso me fui al costado de la piscina donde tenía una parte preparada de esta noche y simplemente esperé a que Artemisa volviera a casa sentado al borde de la piscina con los pies colgando dentro de esta.
Había colocado un camino de pétalos de rosas rojas desde la entrada de la casa, donde solíamos entrar siempre, hasta nuestra habitación, encima de la cama dejé su bikini favorito y un pequeño papel que ponía que después de ponerselo bajara a la piscina. Sabía que su ropa aún le cabía porque solo llevaba un mes de embarazo y su cuerpo no dió gran cambio. Yo ya estaba esperando en la piscina con el bañador, donde en el costado donde se salía y entraba a la piscina por las escaleras lo decoré también con pétalos y unas velas. Como la luz del salón estaba apagada solo se podía ver a través de la luz de la piscina y de las velas.

Después de un mes todo había vuelto a la normalidad prácticamente, Mike ya estaba recuperado y en casa, aunque tenía que seguir yendo a las revisiones semanales por si acaso, pero ya volvía a jugar con Gabriella y a ir a trabajar aunque normalmente regresaba dos horas antes para evitar así que se forzara demasiado, yo en cambio había recuperado el horario de siempre, me iba por la mañana después de desayunar junto con Mike, al medio día comíamos los tres juntos en casa, y aprovechaba para descansar un rato, ya que también había recuperado el ritmo de hace seis meses con el nuevo embarazo y me cansaba bastante pronto, después regresaba hasta la hora de siempre, la diferencia era que para cuando yo regresaba Mike ya llevaba dos horas en casa y normalmente antes llegábamos sobre la misma hora, pero ambos me esperaban para cenar y después de pasar un rato con la pequeña, esta se iba a la cama y nos quedaba la noche para los dos solos, me encantaba poder volver a dormir tranquila entre sus brazos, sabiendo que estaba a mi lado y sobretodo despertar cada mañana y que el fuera lo primero que veía, era un forma de empezar el día con buen animo. Pero hoy era diferente, normalmente cumplía esa rutina y estaba en casa todos los días para cenar, pero esta vez en cambio me había quedado con una amiga a la que hacía bastante que no veía, había sido una de mis mejores amigas en York, cuando vivía allí, por lo que al final nos fuimos las dos a cenar para ponernos al día, quería volver antes de que fuera la hora de acostarse de Gabriella, pero se nos pasó el tiempo y para cuando estuve de vuelta imaginaba que ya estaría durmiendo, lo que no me esperaba era que el salón estuviera apagado, ¿tan pronto se había acostado Mike? pero vi el camino de pétalos de rosa roja que había desde la entrada, lo seguí con cierta curiosidad y me llevó a nuestra habitación donde no estaba Mike, simplemente sobre la cama estaba uno de mis bikinis y una nota que decía que bajase a la piscina con el puesto, hice lo que ponía y cuando me había cambiado me miré en el espejo, mi cuerpo aun no había cambiado nada con el embarazo al estar solo en el primer mes, por lo menos me quedaban otros dos hasta que empezara a verse, pero de igual manera sabía que ahí dentro estaba la pequeña vida que ambos habíamos creado, y no pude evitar sonreír pensando en ello. Bajé la piscina y me encontré con mas pétalos de rosa y esta vez todo quedaba iluminado por alguna velas. Vi a Mike sentado en el borde de la piscina con los pies metidos en el agua de espaldas a mi, a acerqué a el por detrás imaginaba que se habría dado cuenta de que estaba allí ya, le rodeé el cuello con los brazos por detrás y le di un pequeño beso-eres increíble lo sabias?-dije en un tono bajito cerca de su oído

Escuché como la ceradura de la casa se abría, solo porque la casa estaba sometida en un profundo silencio que no resultaba muy intranquilo, al contrario, a pesar de que era raro que la casa estuviera en silencio, era cómodo, porque era raro que estuviera en silencio si no estábamos todos duermiendo. Al escuchar la ceradura sabía que ella no iba a tardar en venir al jardín, y tuve razón. No tardó mucho en bajar. Escuché sus pasos detrás mía y ya no pude evitar una sonrisa de mi rostro. Sentí sus brazos rodeándome mi cuello y me dijo que era increible, increible? Yo no lo era, solamente quería pasar un tiempo con ella y de paso cumplir algo que ya queríamos hacer desde hace tiempo – no querías que nos dieraos un baño juntos? Pues deseo cumplido – me levanté y me giré para tenerla a ella de frente, con mi amplia sonrisa me acerqué a ella para abrazarla fuertemente contra mi dejando un poco de espacio entre nosotros dos para poder juntar nuestros labios en unos besos profundos que gracias a la rehabilitación también se hicieron más frecuentes – y la noche no acaba aquí si lo crees – dije en voz baja a su oreja, aún tenía una sorpresa más para ella pero que mostraría después de la psicina y no dudaba ni un poco de que no le fuera a gustar. Me separé de ella y me acerqué a las escaleras de la piscina y toqué con el pie el agua – está algo fría por lo que solo conozco una solución para meternos rapidamente– dije sonriendo traviesamente. Me acerqué a ella y la cogí pasando un brazo por detrás de su espalda y otro por detrás de sus rodillas para alzarla y meterme con ella al agua de un golpe, todo lo hice lo más rápido posible. Una vez metidos al agua salí a la superficie y cuando ella salió a la superficie no pude evitar reirme, seguramente eso no se lo esperaba para nada. Pero la risa no se me iba para nada esperaba que no se ofendiera, sino tenía que hacerlo bien de alguna manera, aun que nunca se me hacía difícil recuperar su sonrisa si desde el principo estaba de buen humor. Estaba conento de por fin estar a solas con ella de una manera que queríamos probar desde hace tiempo.

Me recordó lo del baño juntos que yo misma había dicho la primera vez que me ingresaron a mi en el hospital, por un motivo u otro a pesar de que dijéramos que era de lo primero que íbamos a hacer habíamos mentido bastante sobre eso y todavía no se había presentado la ocasión, pero parecía que al final íbamos a tener esta noche solo para nosotros y él lo había preparado todo para aprovecharla lo mejor posible. Se levantó sonriente y se acercó a a mi para besarme fuertemente como hacía tiempo ya que no lo hacía, con el coma y la rehabilitación y todo eso, apenas habíamos tenido tiempo para nosotros menos algunas horas por las noches, pero o el estaba agotado por lo suyo o yo por lo mio por lo que la mayoría de veces uno de los dos caía dormido pronto. Me alegraba de verlo de nuevo feliz y como siempre había sido, al principio seguía preocupado por que le volviera a dar el ataque al corazón pero se alegraba con Gabriella y conmigo normalmente, pero ya hacía mas de un mes y no había indicios de que fuera a repetirse-hay mas?-pregunté bastante sorprendida, desde luego no tenía ni idea de que había hecho para merecer a alguien como él que se preocupaba tanto por mi y preparaba todo eso, por mucho tiempo que pasáramos juntos nunca vería que de verdad lo mereciera, era simplemente demasiado perfecto. Antes de que pudiera decir mucho, Mike dijo que el agua estaba fría me cogió en brazos y saltó al agua. No pude evitar soplar un pequeño grito por la sorpresa repentina, y una vez en al agua cuando salimos a la superficie pude verle riéndose, yo también me reí un poco era divertido vernos así de nuevo como cuando eramos estudiantes sin preocupaciones alguna, me acerqué a él nadando rodeando le el cuello con los brazos y la cintura con las piernas, tenía ganas de estar cerca de él después de todo lo que había estado pasando- me corrijo, eres increíblemente horrible ¿como puedo estar contigo? -dije medio riendo y de broma, no me apetecía ponerme sería ni siquiera para hacer una broma de las mías, estaba bastante contenta en aquel momento