Clase 1

“Ya llego la hora Adrian” pensé para mi mismo mientras notaba que la luz del sol invadía mis ojos lentamente. Los abrí con una pereza inimaginable y comencé a ver el mundo, o mejor dicho, el mundo a mi manera. Colores de calor comenzaba a invadir mi vista y pude comenzar a distingir las cosas. No tardé mucho en asearme y vestirme para dirigirme al gran comedor y comer un apetitoso desayuno. Era el primer día en el que iba a ser profesor y estaba ligeramente nervioso, pero tenía la clase preparada, por lo que no tenía que preocuparme de nada. Al ver que faltaba 15 minutos para la clase me encamine hacia el aula que me habían destinado para hacer las lecciones teóricas de Herbología. Abrí el aula y me adentré en el dirigiéndome directamente a la mesa del profesor, dejé mis libros de teórica y espere de pie al lado de la mesa a que los alumnos tomaran asiento. No tuve que esperar demasiado para ver como los primeros ya entraban y tomaban su asiento. Cuando las campanas sonaron dando inicio de clase me dirigí hacia la puerta para cerrarla.

- Buenos días señoritas, y chicos – sonreí recordando como a las chicas les gustaba esa formalidad pero a los chicos no les gustaba tanto – bienvenidos a la clase de herbología, soy Adrian Lambert y cierto, soy ciego – sonreí amablemente antes de comenzar a dirigirme hacia mi mesa. Observé a los chicos con claridad, o al menos la calor que desprendían de ellos, algunos tenían un color rojo muy fuerte, haciéndome notar que estaban nerviosos, otros no tanto – os explicaré para comenzar lo que es la herbología.  La herbología es el estudio de las plantas y para qué sirve cada una: curar, envenenar, transformar, para poder respirar bajo el agua, envejecer, etc. - miré a los alumnos con claridad – Mucho no os voy a explicar, de echo a parte de la definición no os explicaré gran cosa de la teoría, ya que para mi la única manera de aprender es la práctica, pero como no os puedo dejar ir así como así os voy a tener que pedir unos deberes – noté como algunos suspiraban – serán cortos, quiero que me describáis dos plantas mágicas, su nombre y sus características, no necesito más, pero quien quiera buscar más recibirá más puntos para su casa, al final del curso la casa que recibirá más puntos elegirá en que consistirá la última clase – parecía ser que se animaron un poco, otros no tantos. Si supieran estos chavales de que puede ser capaz la herbología... - Os podéis poner ahora en hacer los deberes, me lo podéis entregar ahora o si no el próximo día -

Pasaron unos cuantos minutos y todos los alumnos estaban escribiendo, menos alguno que estaba completamente despistado en su mundo dibujando, al cual no dije nada, las consecuencias de esto ya lo verá él en sus notas, mientras que no molestase no le iba a decir nada. Algunos me entregaron sus deberes, otros decidieron llevárselo y ampliarlo en la biblioteca. Al tocar de nuevo las campanas dije la última nota – ¡para todas las clases necesito que traigáis las orejeras y los guantes de piel de dragón! - no supe si todos me escucharon o no, pero al menos lo había dicho antes de que el primero saliera de la clase. Yo recogí lentamente mis cosas para salir del aula y dirigirme a mi clase.