Dormitorio de Mike y Arte

Sonreí cuando me preguntó quien más lo hace. En ese momento decidí demostrarse lo de la mejor manera posible. Con un solo movimiento conseguí que se tumbara encima del sofá y reduci por completo el espacio que había entre los dos poniéndome encima suya procurando no hacerla daño en ningún momento alguno - yo también intento aprovechar todo mi tiempo posible contigo - dije en voz suave y floja, prácticamente un susurro para sus oídos. Acaricié suavemente su mejilla y coloqué un mechón de pelo de su cabello.
Acabé levantándome de encima de ella, estirando mi cuerpo - creo que apareceré en mi casa así no hay que molestar a Lily, será cosa de un minuto - dije antes de mirarla a los ojos con una sonrisa - de mientras has lo que tengas que hacer, nos veremos en la habitación - dije antes de desaparecer por completo para aparecer en mi apartamento, coger las cosas que me hacían falta y de paso para dejar algunas allí y no tener que ir llevando y trayendo las cosas todo el tiempo, al menos dejar lo que era lo básico. Volví a aparecerme pero ya en en pasillo de la planta superior, donde busqué la habitación nueva que me había dicho. Lo encontré con facilidad y al entrar me quedé realmente sorprendido, la decoración era bastante buena, una habitación espaciosa y las vistas eran increibles. Dejé la mochila que traje de mi casa a un lado de la puerta para centrarme más a la habitación y mirar el paisaje que había, no había ya mucha nieve, pero se veía la luna que hacía brillar el paisaje en esa luz de tono azul plateado. Miré al paisaje casi de forma hipnotizante, hasta que conseguí apartar mi mente y ponerme el pijama al menos, una camiseta de manga corta sencilla y un pantalón largo sencillo. Práctico y cómodo para dormir. Después de eso noté como mis ojos comenzaban a doler un poco, tenía que ponerme un rato las gafas, pero si me quedaba dormido con las gafas puestas podían acabar rotas. Por eso me puse las gafas y me senté en uno de los sillones mirando el paisaje y aprovechando a esperar a Artemisa para poder dormirme a su lado, al menos no deseaba de que le pasara algo de nuevo y luego tenga que ir a rescatarla.

Después de que me sorprendiera con aquel cambio de buenas a primeras y de que desapareciera en mi salón para coger algunas cosas de su casa, yo me levante del sofá aun sonriendo pensando sobre todo en el sabor de sus labios y el dulce toque de su piel sobre la mía, eran pocas las cosas que podían haberme quitado la sonrisa de la cara en aquel momento, por que ademas sabia que volvería a verlo en cuanto subiera las escaleras y entrara en mi habitación, y que pasaría la noche con el durmiendo uno junto al otro para despertar los dos juntos a la mañana siguiente, pensar en todo aquello solo hacia que sintiera que verdaderamente aquello era imposible que estuviera ocurriendo de verdad sino mas bien parecía que estaba dormida y estaba teniendo un sueño del que si fuera por mi no despertaria jamas.
Sali afuera al jardin de nuevo y estube buscando durante un rato alumbrando con mi varita hasta que di con ellas dos, Lily y Kyra estaban, como yo ya imaginaba, las dos juntas en una habitación que había fuera de la casa con toda clase de cosas dentro, pero al verme entrar lily sobretodo se quedo mas tranquila, y al rato conseguí convencerla de que no volverían ninguno de esos dos a la casa, y también descubrí que era ella quien había quitado los muebles de en medio. Después de conseguir que salieran de allí volví a entrar en la casa bastante helada de la baja temperatura que había fuera. Al entrar estuve mucho mejor pero seguía con la sensación de frió metida en el cuerpo y después de cerrar las ventanas y puertas de la parte de abajo subí arriba e hice lo mismo con mi antigua habitación y la sala de estar. Al entrar en mi habitación Mike ya estaba allí como el mismo me había dicho, se había puesto las gafas y estaba sentado en uno de los sillones-espero no haberte echo esperar mucho -dije frotandome los brazos aun con algo de frio-¿tu no te quejabas de que yo durmiera en manga corta?-dije bastante divertida al ver que era ahora el quien iba así

Artemisa entró a la habitación al cabo de un rato, se disculpo por no saber si estaba esperando mucho tiempo. La miré con una sonrisa - que va, mientras te esperaba contemplaba el paisaje - Me levanté del sillón y me acerqué a ella. Primero la cogí de las manos y en ese momento me sorprendí bastante, estaba helada - al menos yo no tengo las manos frías - dije riéndome. La abracé fuertemente para transmitirla algo de calor, pero principalmente porque quería ese abrazo. No pude evitar al abrazo dar un beso intenso, últimamente nuestros besos eran eso, intensos pero perfectos, igual que todos. Volví a pasar mi mano por debajo de su camiseta, acariciando su piel suavemente con la mano plana a su cuervo, analizando todas sus perfectas curvas. Deseaba que el tiempo se parase, pero no para nosotros, que nos resultara haber pasado mucho tiempo pero no llegase ni a un minuto.
Deseé probar algo nuevo, hice que se agarrara a mi fuertemente con los brazos por el cuello y que no se soltase, y que pegase un salto. Al ella pegar el salto conseguí que sus piernas rodearan mi cintura y así se pudiese mantener sin pisar el suelo, la cogí de las piernas de las dos manos para procurar que no resbalase y que hiciera algún tipo de daño. Esta vez estaba ella más alta que yo y tuve que levantar un poco la cabeza para poder encontrar sus labios y unirlos con los míos con un beso tierno, pero no tan profundo como los otros - te amo - dije al momento de coger aire con una voz agitada por esos besos tan intenso que me hacían sentir mil emociones a la vez y que nunca deseaba dejar de sentir.

El se levantó y se acercó a mi sonriente dándome un abrazo que realmente me vino bien con el frío que hacia y que ademas ya de por si me gustaba sentir sus brazos alrededor mía-las tendrás si sales fuera sin nada encima -por suerte dentro de casa se estaba mucho mejor, mientras estuvimos abajo la chimenea del salón calentaba bastante pero arriba la cosa era diferente y por eso había calefacción, y algunos chismes mágicos contra frió, lo bueno que tenia una casa mitad estilo muggle mitad cosas de magos, no era difícil acabar con cosas como el frió o el calor dentro de la casa.
Mientras me abrazaba me dio uno de nuestros besos profundos e intensos que tanto me gustaban pero solo si venían de sus labios, los únicos que me gustaban poder sentir siempre que estaba con el. Despues del beso me agarre a su cuello y di un pequeño salto para que asi mike me sujetara las piernas para no caerme mientras yo le rodeaba la cintura con ellas, de aquella forma era la unica en la que yo quedaba mas alta que él, por lo que tubo que subir la cabeza para besarme en los labios, fue un beso tierno y luego dijo que me amaba, suficiente para que fuera yo quien volvio a acercarse a sus labios, dandole un beso mucho mas profundo de estos en los que aguantabamos hasta no tener mas remedio que separarnos para respirar, aprete un poco mas mis piernas alrededor de su cintura para estar pegada a el, y una de las manos que estaban sujetas a su cuello paso a acariciarle el cabello cuando me separe de el y pegue mi frente a la suya deseando a mas no poder que aquello no terminase nunca y siempre pudiera estar con el tal y como estabamos ahora, son problemas, ni magos queriendo matarnos, ni peleas, ni nada, solo nosotros en una tranquila noche -y yo te amo a ti, con toda mi alma e incluso con locura Mike, te amo y podria pasarme horas repitiendolo sin llegar a cansarme -dije en apenas un susurro y tratando de recuperar un poco la respiracion

Sonrío al escuchar su voz diciéndome esas palabras tan bonitas. Volvimos a la rutina de los besos profundos, sentirla más cerca era algo que me resultaba imposible, pero vi que lo era cuando reducio ese espacio que había entre los dos. Sonreí amplia mente entre las pausas de entre beso y beso, pero notaba como mi cuerpo se comenzaba a cansar de tener su peso encima mía a pesar de que tampoco era mucho. La llevé a la cama para tumbarla y ponerme encima de ella manteniendo entre nosotros, como en el sofá, el más mínimo espacio, dejando solo que el único espacio que tuviéramos entre los dos fueran las capas de ropa.
Para sus palabras no encontraba ninguna de mejores, por eso me quedé en silencio hasta llegar a hablar sin tener que pensar en lo que decir, como solía hacer muchas otras veces, que hablaba pero antes pensaba lo que iba a decir - yo podría pasarme horas escuchando esas palabras - dije sonriendo y plenamente contento. No sabría hasta cuando duraba esta felicidad, hasta cuando iba a poder decirle esas cosas, solo deseaba que fuera hasta mucho tiempo.
Quería sentir un poco de piel diferente entre mis labios, solo tener el tacto entre ellos y disfrutarlo, lo cual bajé un poco al final de su camiseta y subí un poco la camiseta para besar la zona que le quedaba cerca del ombligo, disfrutando el tacto diferente que de daba de sus labios y la figura distinta que me daba su cuello. Al acabar hacer eso volví a sus labios con deseos de volver a sentirlos.

Al final después de haberme estado un buen rato en sus brazos, besándonos de aquella manera que tanto me gustaba, termino por tumbarme la cama y ponerse el encima mía, dejando poco espacio entre los dos, como habíamos estado antes en el sofá, la noche anterior en su casa y tantas otras veces que estuvimos juntos. Siempre igual, los dos juntos en algún lugar donde nadie pudiera molestarnos, que solo fuera de los dos, con nuestros besos y caricias, siempre apañándoselas para por mucho que estuviéramos hablando terminar encima mía, y aunque fuera siempre igual nunca llegaba a serlo podia parecerse pero cada vez que estabamos juntos habia algo que lo hacia especial, no mejorando las anteriores pero si haciendo cada momento diferente y unico pero aquello era lo que a mi mas me gustaba, poder estar como yo quería con la persona que mas amaba, me daba igual lo que dijeran los demás, sobretodo después de lo ultimo que ocurrió por escuchar a alguien que no fuera el, yo estaba feliz en aquellos momentos con lo que tenia y no deseaba nada mas en el mundo que no fuera él, y poder sentir sus labios como los había sentido tantas otras veces. Sonreí al escuchar sus palabras pero no dije nada, seguímos igual besandonos sin dejar apenas espacio entre nosotros hasta que el separo sus labios y bajo hasta mas o menos la altura del ombligo levantando mi camiseta y comenzando a besar por aquella zona, no pude evitar soltar un pequeño suspiro al sentir sus dulces labios sobre aquella parte de mi piel, aquella era una de esas sensaciones que me simplemente me volvia loca, de las que solo el podia crear. Volvió a subir hasta mis labios y comenzamos a besarnos de nuevo pero esta vez le di un beso intenso pero corto-Te amo-dije en cuanto me separe de sus labios con una pequeña sonrisa, volvi a besarlo de la misma manera-te amo-le bese de nuevo-te amo...-no me importaba repetir aquello mil veces mas pero deseaba mas no separarme durante un buen rato de sus labios y volver a esos besos de antes. mientras dejaba la mano derecha enredada en su cabello, deje la izquiera bajo su camisa empezando justo como el lo habia hecho, moviendola suavemente por alli.

Acabo diciéndome tres veces te amo entre los besos, mi respuesta no era posible decirlas con palabras por lo que decidí profundizar más los besos. Pasé una mano por debajo de su camiseta, sin cortarme un poco al llegar al sujetador, acariciando toda la zona que cubría su camiseta sin miedo alguno, sabiendo que si ella no quería o no le gustaba lo que hacía me iba a detener y decirlo. Acabé por quitarle la camiseta para poder sentir mucho mejor su piel. Llegué a besar la lo que su sujetados no cubría, por el ombligo y por su pecho.
Después de distraerme bastante con su cuerpo volví a sus labios y con las yemas de mis dedos analicé detenidamente su figura descubierta. Pasé mis manos por detrás suya y me pegué más a ella, queriendo sentir la lo más cerca posible, sacando las ganas que tenía de besar sus labios en la reunión que teníamos este mismo día. Deseando recuperar el tiempo perdido con ella. Me separé un poco de ella, pero sin muchas ganas.
- No creo que durmamos si seguimos -
Dije pero sin intención de quejarme, prefería mil veces lo que estábamos haciendo que parar ahora y descansar, quería sentirla así, cerca mía y sin miedo a que alguien me la pudiese arrebatar y volver al estado de antes, deprimido. Busqué de nuevo sus labios a ojos cerados, lo único que molestaba un poco era la luz que daba la bombilla para iluminar el cuarto. Lo cual sin moverme ni un poco de donde estaba conseguí que se pagara la luz.

Llegan dos lechuzas, una para Artemisa y otra para Mike

Cuando cada uno cogue el pergamino, las lechuzas se marchan.

(Off: Lo siento, si he pillado un mal momento. Dar a vuestros nombres que estan los link del buzon de la lechuza)

No dijimos nada mas después de aquello simplemente Mike fue profundizando cada vez mas nuestros besos, correspondí cada beso y cada movimiento de sus labios con la misma fuerza y profundidad que el empleaba sobre los míos, solo tenia cabeza para desear que sus labios siguieran besando los míos de aquella manera, y que su mano bajo mi camiseta no se detuviera nunca y así seguir sintiendo el dulce tacto de su piel sobre la mía, de una forma que nadie mas podía lograr cuando me tocaba que no fuera Mike, solo el conseguía que a cada mirada se me detuviera el corazón, que a cada roce de su piel contra la mía, se me cortase la respiración, y que a cada beso perdiera la cabeza solo de pensar en el.
Terminó por quitarme la camiseta del todo y comenzó a besar toda parte de mi piel que no estuviera cubierta por el sujetador, al principio se me corto un poco la respiración, al volver a sentir sus labios sobre la zona de mi pecho, hacia mucho que no estábamos así de juntos los dos, lo echaba de menos. Regresó de nuevo a mis labios que ya echaban de menos a los suyos, me pegue aun mas a el sin sentir nada de frió ya, a pesar de estar sin camiseta, rodeé su cintura con mis piernas de nuevos pegándome todo lo que podía a su cuerpo, para estar mas cerca de él. Sonreí divertida al oír lo que dijo-no voy a desaprovechar descansando el único momento en el que te tengo solo para mi -tuve tiempo de decir antes de que nuestros volvieran a unirse una vez mas. Empecé a levantar le la camiseta terminando por quitársela completamente y dejarla a un lado donde estaba la mia. Notaba como mi corazón latía cada vez mas rápido y mas fuerte al sentir el calido tacto de su piel sobre la mía por igual, baje mis labios de los suyos a su cuello volviendo de nuevo luego a los labios mientras pasaba la mano que tenia en su espalda hacia su abdome e iba subiéndola poco a poco hasta tenerla contra su pecho, apagó la luz y nos quedamos solo con el resplandor proveniente de fuera, pero fue suficiente para ver a la lechuza que entraba por la ventana-no... ahora no-entraron no una si no dos dejaron los mensajes sobre la mesa, y debieron de darse cuenta de que interrumpían por que luego se fueron de alli. Pensaba matar a quien se le hubiera ocurrido mandar la estupida lechuza en aquellos momentos pero solo era un papel, que no pensaba fuera a moverse de alli, pero tambien podia ser algo urgente, no queria interrumpir aquel momento pero ser ministra no tenia un horario fijo aunque en aquellos momentos estubiera fuera de trabajo-lo siento Mike...-hice que se separa un poco de mi lo justo para poder girarme a encender la luz, cogi la mia y le di a Mike la otra-esta va para ti

Al cabo del rato de yo a ella quitarle su camiseta, ella me quito la mía. Pronto sentí sus piernas rodeándome por la cintura, uniendo nuestros cuerpos todo lo que podíamos. Suspire al sentir de nuevo su piel sobre la mía, y no por mis labios. Volver a sentir esa piel tan suave que formaban parte de esa figura tan perfecta. El tacto de su piel no se podía comparar con ninguno otro, era simplemente perfecta.
Lamentablemente nos interrumpieron el momento perfecto. Dos lechuzas entraron en la habitación y dejaron dos cartas. Me quité de encima de Artemisa para sentarme sobre la cama dando un suspiro, ojala no se hubiera interrumpido y así evitar que se fuera la magia...
Cogí la carta que me tendió Artemisa y la abrí para leer su contenido, me extrañé bastante por lo que decían y sentí curiosidad por ello. Me tumbé al lado de Artemisa en la cama y dejo la carta al costado, espero que Ariana tenga buenas explicaciones para ello ¿Yo jefe de aurores y uno de los dos de San Mungo? ¿No era demasiado joven para ello? Eso me lo tendría que explicar ella personalmente. Miré a Artemisa curioso.
- ¿A ti que te dice?

Para desagrado mio se separo de mi y deje de sentir el cálido roce de su piel sobre la mía, en aquellos momentos Ariana se había convertido en la persona que mas odiaba del mundo por cortarnos en algo así, y de paso también odiaba un poco a mi trabajo y a los magistrados del wizengamot que me lo había dado, así no había quien hiciera vida en pareja, primero me llevan hasta transilvania y ahora que regresamos y comenzamos una noche los dos solos que se suponía empezaba al salir del trabajo, llegaba una carta para la ministra, me preguntaba cuanto tiempo tenía que pasar todavía hasta que pudiéramos coger unos días libres para tener unas vacaciones los dos. Pero al leer la carta me di cuenta de que iba a tener que ser bastante tiempo ahora que no era la única con un cargo de bastante responsabilidad, no entendía porque hacia aquello Ariana pero si sabía que conmigo no iba a hablar hasta el día siguiente que llegara al ministerio, podía seguir recibiendo cartas, pero si no quería acabar teniendo un desastre de vida personal, mas me valía respetar eso de que las noches eran solo para Mike y para mi, sino ponía control yo en mi propia vida todo terminaría siendo un asco- Pues dice que ahora mismo tengo metido en mi cama al nuevo jefe de los aurores y jefe de san mungo junto con ginna en ausencia de Ariana, enhorabuena-dije mientras me levantaba de la cama y me dirigía hacía una mesita que había en la habitación pegada a la pared donde tenia una pluma con su tintero y pergaminos para cosas como esta, escribí rápidamente que nos veríamos a primera hora en mi despacho, y me di cuenta de a pesar de que yo creía que las lechuzas se habían marchado una seguía esperando en el balcón, posiblemente le habían enseñado a que no se fuera sin respuesta, cogí mi camiseta y me la volví a poner para salir al balcón y entregarle la carta a la lechuza, Joder si que hacía frio fuera.
Entré y cerré la puerta de cristal detrás de mi, corrí las cortinas y luego me tumbe junto a Mike-ahora que el nuevo jefe de los aurores tiene una relación cercana conmigo imagino que dejare de ser la ultima en enterarse de todo, por lo menos de las cosas de seguridad -dije simplemente por no estar en silencio,

Leyó la carta y antes de ir a responder la carta inmediatamente, me respondió a ello. Después de escribir en un pergamino lo que ella quería escribir le dio el pergamino a la lechuza. Yo decidí no responder ya que la encontraría mañana con una gran facilidad. Acabo por ponerse de nuevo la camiseta antes de salir afuera, al entrar cerro la ventana y corrió la cortina para finalmente tumbarse a mi lado.
- No me creo lo que hay puesto ¿como iba a ser yo jefe de aurores y parte de jefe de san mungo? esto tendrá que tener una buena explicación -
Seguía sin creerme lo, Ariana hacía un grandioso trabajo allí ¿por que lo iba a dejar? aunque fuera solo temporalmente. Me dejaba con intriga querer saberlo pero ahora mismo estaba ocupado con mi vida privada, tenía que aprender a no mesclar las dos vidas. Aunque algo que sí que me hubiese gustado era que las cartas llegaran al día siguiente.
Acaricié suavemente su mejilla con la mano más cercana a ella, con una sonrisa pero que a través de mi mirada se podía ver que is pensamientos ya estaban en otra parte. Le di un corto beso a los labios, sin alargarlo ni profundizarlo como los besos anteriores, lo cual no se podía no comparar con ellos - Será mejor que durmamos, mañana nos pillaran varias noticias seguro - Me senté al lado de ella pero me incliné un poco para esta vez, sí besar sus labios con un profundo e intenso beso, aunque al acabar el beso me separé de ella de nuevo para tumbarme de nuevo a la cama sin camiseta ya que me daba pereza ir a buscarla y ponerme la, además de que no hacía nada de frío, sino se estaba realmente bien dentro de la casa.

-seguro que Ariana tendrá una buena explicación para teneros que dejar los cargos a ti y a ginna pero creo que ha elegido bastante bien a quienes dejárselos, tiene mi completa aprobación en sus elecciones, tanto ginna como tu sois dos personas responsables y de mi confianza para cualquier tipo de tarea-parecía que no debía tener mucho frió por que no hizo ningún intento por volver a ponerse la camiseta, me dio un beso corto después de acariciarme un poco la mejilla y luego se sentó para darme uno mas intenso y luego volvió a tumbarse. tenía razón después de esta noticia mañana seguramente hubiera unas cuantas mas por lo que teníamos que estar un poco descansados y yo aun seguía con la ropa de todo el día puesta. Levanté la almohada y cogí pijama que guardaba debajo, le hice a mike que levantase la cabeza también, ya que parte estaba bajo la suya y no podía sacarla sino.
Fui al baño me cambie la ropa que llevaba por el pijama, pantalón largo y camiseta de manga corta, que era mi manía, pero por suerte la casa siempre estaba con buena temperatura. Me quité el maquillaje que llevaba y me cepille los dientes, regresé a la habitación y eché las sabanas para atrás haciendo que se moviera para levantar la parte que había bajo él y luego me metí en la cama y nos tapé a los dos -te amo-dije después de darle un corto beso en los labios, me tumbe pegada a él, encantada de poder estar asi de bien los dos juntos

Hizo una cadena de ejercicios después de que me tumbara a su lado, cogió su pijama, se cambio, se cepillo los dientes, me hizo levantar unas cantas veces, se tumbo y nos tapo. Una cadena de ejercicios. Se pego a mi y decidí hacer lo mismo. Pasé un brazo por debajo de ella para rodear la con un brazo mientras que la otra simplemente la posé encima de su hombro. Depués de eso escuché sus palabras y le di un dulce beso en la frente, volví a apagar la luz pero esta vez con la mano que tenía reposada sobre ella - y yo te amo más - dije a penas como un susuro. Cerré los ojos para comenzar a quedarme dormido hasta conseguirlo.

Me rodeó con sus brazos y aquello basto para que me sintiera mucho mejor y se me quitase todo aquel nudo que tenía hecho, me sentía mucha mas tranquila al saber de que el estaba allí conmigo, y de que no le había pasado nada malo que lo separase de mi, podía seguir teniendo esos abrazos y esos besos que tanto echaba de menos cuando no estaba sin ellos, aunque solo fuera unos minutos, después siempre echaba de menos el tacto de su piel y el suave roce de sus labios sobre los míos-los dos tenemos parte de culpa, hubiera bastando con que uno de los dos cediera para no llegar hasta donde hemos llegado, pero ninguno lo hizo en su momento-seguí abrazada a el contenta de estar entre sus brazos, posiblemente aquel era el único lugar donde el único miedo que seguía teniendo era el de perderle, pero mientras estuviéramos así el resto del mundo no parecía un lugar tan problemático y lo único que realmente me importaba era que no se separase.
Después de aquella pequeña reconciliación el dijo de volverse a la habitación y me dio la oportunidad de que si yo quería podía quedarme allí y descansar sola, el no se iría a su apartamento sino que se quedaba en mi casa lo que a mi me dejo mucho mas tranquila. Salió de la habitación y volví a quedarme sola en su interior, respire hondo, ahora me sentía mucho mejor, me levante de la cama y salí al pequeño balcón que había fuera, era una noche bastante fría pero el frío me ayudó a despejarme un poco, solo había media luna en el cielo, a mi me gustaba mas cuando era luna llena pero el paisaje seguía siendo bastante bonito, podría haberme quedado allí si no supiera que tenía algo mucho mejor que ver en mi habitación, pero me quedé un rato mas pensando un poco en todo lo que había ocurrido en el día, había sido realmente largo, pero lo que mas me peso fue haberme comportado como un cría y haberme peleado con Mike justo el día que se enteraba de la muerte de su padre, Gabriella había sido recibida con alegría por los dos, pero eso no quitaba el hecho de la perdida que habían sufrido, yo había conocido mas a Ginna que a John pero no por eso lamentaba menos la perdida de este...
Después de un rato apoyada contra la barandilla mirando el paisaje nocturno volví a entrar y sentí el calor que había dentro de la casa gracias a la calefacción, pero tampoco es que hubiera estado muy mal fuera, solo era la diferencia de temperatura lo que mas chocaba, luego no era difícil acostumbrarse a una u otra, entré en la habitación y lo vi metido ya en la cama con el pijama puesto, no pude evitar sonreír al verle allí

Entró en la habitación y nada más en entrar dibujo en su rostro una sonrisa de oreja a oreja. La miré un poco extrañado, no sabía a que venía esa sonrisa - ¿qué pasa? - pregunté mirándola de la misma manera que al principio, extrañado. Comenzó de nuevo a sonar el móvil, dando un suspiro me levanté de la cama, cogí el móvil que estaba en el bolsillo del pantalón pero en vez de cogerlo como haría muchas otras veces lo apagué - anda... si me he quedado sin batería y el cargador no lo tengo... - dije plenamente con ironía. No me apetecía ahora estar la noche con llamadas, ya me basto que me interrumpieran las noches cuando estaba con Artemisa, la primera era Anthony y la segunda las lechuzas, hoy quería una noche sin ningún tipo de ruido. Me comencé a dirigir a Artemisa que aún seguía en la puerta de la habitación - hoy ninguna interrupción a partir de ahora - dije a penas susurrando en voz baja, me acerqué para volver a juntar nuestros labios una vez más en un beso intenso.
Me enganché un poco más de la cuenta en sus labios, dando besos cortos y sencillos pero también eran esos besos que en los momentos buenos se recordaban. Coloqué mis manos sobre su cintura, acercándola más a mi, intentando reducir el espacio máximo entre los dos. Pero me separé de ella y volví a tumbarme a mi lado de la cama si ella quería más de esto, o quería llegar a más, o simplemente no quería nada era su decisión. Yo al menos estaba mejor tumbado en la cama que estando de pie, ya que demasiado me dolían ya las piernas para aguantar mucho de pie.

Al entrar en la habitación solo le dio tiempo a preguntarme que ocurría antes de que teléfono, para variar, empezase a sonar en el momento mas oportuno, lo que menos me apetecía es que saliera ahora algo urgente en san mungo y se tuviera que ir corriendo a atenderlo, estaba cansada de que siempre que estábamos juntos los dos solos apareciera algo que no nos dejase tranquilos, todo lo que yo quería era poder estar con él, y desde que estábamos juntos después de la boda cuando no era san mungo lo que llamaba era el ministerio, pero al ver lo que hacía con su móvil sonreí y moví la cabeza de un lado a otro con gesto negativo pero sonriendo, sin creerme del todo que estuviera haciendo eso de verdad. Se acercó antes de poder decirle nada y me besó intensamente de esa forma que tanto me gustaba, deje de pensar en su teléfono y en la cara que tenía que tener quien fuera que estuviera llamando ahora que no tenía forma de contactar con el, y solo pude pensar en él y en las ganas que tenía de sentir sus labios sobre los míos, y después de mucho tiempo me acorde de la primera vez que pude sentir sus labios, los besos de entonces era muy diferentes a los de ahora, mas cortos, menos intensos pero no por ello peores. Después se volvió a la cama y antes de acercarme a él me acordé de como nos habían la noche anterior y me acerqué antes a la ventana para cerrarla bien y que no apareciera ninguna lechuza con noticias de alguien a esas horas, lo que fuera podía esperar hasta mañana. Todavía no me encontraba demasiado cansada y quería recuperar un poco del tiempo que había perdido de estar con el por culpa del trabajo de ambos, el tenía el pijama puesto pero a mi no me apetecía todavía ir a cambiarme, prefería quedarme junto a él, me dirigí hacia la cama pero no me tumbé en mi lado si no que me dirigí al suyo y me subí apoyándome sobre las rodilla con cada una a un lado de él, baje hasta poder tocar su cuello con mis labios y comenzar a besarlo, sabiendo que eso era algo que a el le gustaba -¿cansado?-después del dia que llevabamos seguro que si, pero pregunté de todos modos

Se acercó a la ventana para comprobar que estaba bien cerrada y se acercó a la cama pero esta vez sorprendiéndome y poniéndose a mi lado para luego ponerse encima mía, con cada una de sus piernas en un lado mio y centrándose en mi cuello, ella sabía a perfección que me gustaba ese contacto de sus labios sobre mi cuello, prácticamente se podría considerar un pleno vicio que tenía cuando ella me hacía eso. Cerré los ojos, eché un poco la cabeza hacia atrás para dar un poco más de espacio y el aire se me cortaba a momentos. Me preguntó si estaba cansado, realmente lo estaba, pero no o suficiente para decirle que parase con eso y nos echemos a dormir, prefería estar al día siguiente con ojeras antes de perderme un momento tranquilo con ella.
- No, ¿tú no debes de descansar? Antes parecía que estabas a punto de dormirte -
Dije recordando que antes estaba en la otra habitación ya tumbada en la cama con los ojos cerrados, pero sin recordar el motivo por el cual estaba allí. Pasé una mano por debajo de su ropa, acaricié suavemente su espalda desnuda para mi mano. Dejé que mi mano tomara rumbo propio, dejando que pasara por su piel desnuda y luego volviendo a pasar por encima de sus capas de ropa.

Sentí como se le cortaba la respiración cuando mis labios entraban en contacto contra su cuello, y yo tampoco tenía nada de lo que quejarme, me gustaba tanto poder besar su piel y estar así de bien los dos juntos como a él recibir esos besos en aquello zona, me hubiera gustado poder bajar un poco y pesar parte de su pecho también pero la camiseta del pijama no era como las camisas que el llevaba en otras ocasiones, no había botones para desabrochar que me despejaran aquella zona, así que al cabo de un rato de besar su cuello subí hasta sus labios, aunque hacía nada que los había sentido ya quería poder tener mas de ellos, y empecé a besarlos con intensidad mientras sentía su mano bajo mi camiseta, me separe un momento de sus labios, con los ojos aun cerrados y di un par de besos mas por su cuello antes de responder-estaba tumbada pero no porque me apeteciera dormir, prefiero descansar a tu lado -dormía mejor ahora que pasabamos las noches juntos que antes cuando estábamos separados y ni siquiera podía verle, y prefería que el fuera lo ultimo que veían antes de dormir y lo primero cada mañana cuando me despertaba, asi cualquier dia empezaba y terminaba bien y no tenía de que preocuparme de lo que hubiera ocurrido por que seguía teniéndolo a el-te amo...-dije en apenas un susurro junto a su oido

Sonreí al escuchar su respuesta, era algo típico, pero me gustaba escucharlo, su voz era como melodía para mis oídos, tonos suaves y tranquilos que simplemente me hacía sentir bien. Su cuerpo era como las estatuas griegas, un cuerpo perfectamente perfecto, pero este tenía a piel más sedosa que la seda, el pelo más suave y con un color precioso, sus ojos, prácticamente representaba el cielo entero. Sus labios eran un nuevo mundo que descubrir. Prácticamente ella entera era un mundo diferente, una distracción para lo real, el mundo que me tenía atemorizado, agobiado, marginado... desde hace años y solo ella me pudo sacar de allí. Me separé de la almohada acabando por sentarme. Disfrutando de esos besos en cada instante, distrayéndome yo mismo con mis labios en las partes descubiertas cercanas a sus labios. Al escuchar sus dulces palabras cerca de mi oído una sensación de calor invadió mi cuerpo entero - eres mi guía por la vida desde que te conozco, haces más de lo que tu crees en mi vida - dije en apenas un susurro, cerca de su oído al igual que hizo conmigo, pero un poco más lejos que ella. Pasé ala vez mis dos manos entre su piel y su ropa, para poco a poco alzar las manos con unas caricias y dejarla sin la camiseta que llevaba, dejando la igual que ayer por la noche solo con el sujetador puesto. Sonreí de lado a lado, recordando cosas del pasado - y es cierto, siempre acabo yo por quitarte la primera prenda y la última - dije riendo suavemente pero pare al poco tiempo. Ahora sí que no quería que nadie interumpiese el momento, pero seguro que había algo de truco aquí.

Terminó por sentarse sobre la cama, mientras seguíamos con aquellos besos que no me dejaban pensar en ninguna otra cosa que no fuera el, y cuanto deseaba que momentos como aquellos no terminasen nunca, ojala pudiera detener el tiempo, aunque solo fuera un momento para poder pasarlo junto a el sin preocuparme de tener que ir al ministerio, y de que el tenia que ir también a San mungo, cuando estaba en el colegio solo deseaba salir de alli para poder estar como estábamos ahora, viviendo juntos y pasando todas las noches uno pegado al otro, pero ahora echaba de menos eso de poder verlo en cada momento y tampoco teníamos tan difícil ir pasar la noche en la sala de los menesteres si queríamos estar como estos dos últimos días... pero me conformaba con seguir con el y que ninguna de todas las mentiras que habíamos soportados hubieran conseguido separarnos definitivamente-tu eres simplemente perfecto por ti solo, no necesitas de ninguna guía-volví a unir mis labios a los suyos después de ese breve comentario, comenzaba a sentir los efectos que solo el conseguía causar a mi cuerpo, mi corazón cada vez latía con mas fuerza y mayor rapidez, sentía como se me agitaba la respiración y si había sentido frío hace un momento ya no quedaba ni pizca de el-tu dices que soy tu ángel, pero yo lo veo del revés tu si que eres un ángel de verdad, por que es imposible que exista una persona como tu, me salvaste incluso antes de que empezáramos a salir y desde entonces no has hecho mas que hacerme feliz todos los días que he pasado contigo-volví a sentir sus manos bajo mi camiseta hasta que el se encargo de quitármela, sonreí al escuchar su comentario, otra vez mas se confirmaba, el siempre era el primero en quitarme lo que fuera, y seguía cumpliéndose este hecho, pero no era el único que podía hacer aquello, ahora que estaba sentado y no tumbado me resultaba mas fácil hacer lo mismo, conseguí que su camiseta acabara a un lado junto con la mía, volví a besarle con una mano en la parte de atrás de su hombro y la otra en su nuca, me moría de ganas de poder volver a sentir su piel sobre la piel, algo que tanto me gustaba, pero recordé lo que había dicho la noche anterior-hasta donde quieres llegar?-el día anterior había dicho que no quería que ocurriera, que no quería que fuera una noche y se acabo, pero para nosotros nunca había sido solo una noche y no sabía que opinión tendría ahora

Al escuchar su frase no pude evitar reírme un poco y al mismo tiempo sonrojarme - mentirosa... - dije a penas con un susurro cerca de su oído y lo repetí cuando dijo el segundo comentario - puede que parezca que me las puedo apañar muy bien solo, pero te necesito a mi lado en todo momento, mi vida era un caos sin ti, antes y después - referiendome antes de conocerla y después de conocerla pero no nos veíamos ni de lejos. Ella también acabó por quitarme a mi la camiseta y dejarla al lado. Después de eso me hizo una pregunta sencilla, pero era una buena pregunta ¿hasta donde quería llegar yo? Yo sabía que ella estaba dispuesta a lo que fuera si fuera conmigo, pero era yo quién se resistía porque no quería que fuera una noche y se acabo, como había sido mi vida durante un tiempo. Paré un momento de besar la para pensar un momento y apoyé mi frente contra la suya cogiendola suavemente con la mano derecha por la barbilla, no llegué ni a los cinco segundos en responder - contigo... hasta el final - dije en voz baja, pero era más alta que un susurro, poco después de decir eso me centré en un intenso beso con ella. Pasé mis manos por detrás de su espalda, acariciando suavemente su espalda, pero aún sin sentirme satisfecho con solo con eso, mi cuerpo y mi mente pedía más. Hice que nuestros cuerpos dieran un giro y acabase ella tumbada y yo encima de ella, para poder iniciar una cadena de besos empezando por su cuello y acabando en su ombligo para poder quitar su pantalón y dejarla definitivamente en ropa interior frente mía. Sin darme mucha cuenta, al volver al nivel de sus labios junto a los míos, mi piel rozaba contra la suya con suavidad. Sentir de nuevo su piel sobre la mía era como un sueño inalcanzable, como ella, algo que sentía que era inalcanzable, pero al final era toda mía.

Sonreí cuando oí que me llamaba mentirosa, por algo que era realmente cierto, pero no le lleve mas la contraria si no que seguí besándolo, oí sus palabras y solo consiguieron incrementar las ganas que tenía de él y de todo lo que hacía que perdiera la cabeza por estar juntos, sus labios, su piel, sus caricias... pero sobre todo sus besos, sería capaz de hacer cualquier cosa, solo por uno mas de esos que se habían convertido en mi mayor vicio, sus labios eran algo que simplemente necesitaba para sentirme, ya había probado lo que era perderle y estar alejada de todo aquello que era prácticamente la razón por la vivir merecía la pena, y no pensaba volver a pasar un día mas lejos de él, no después de saber lo que se sentía sin poder verle y ni siquiera saber nada de el, o peor aun sabiendo que cualquier otra podía tener por una lo que yo mas deseaba en mi vida, pero por suerte eso ya no sería mas así, volvía a ser mio, y yo volvía a tener un motivo por el que sonreír otra vez. oí su respuesta, hasta el final...por lo visto había cambiado de opinión al final y no me hubiera importado si el decía que no quería seguir, yo estaba dispuesta mientras fuera él pero si no estábamos de acuerdo los dos, siempre habría otro momento mejor cuando lo estuviéramos. Nos dio la vuelta y me tumbo en la cama quedando el sobre mi, comenzó a besarme por el cuello y descendiendo hasta el ombligo, no pude evitar suspirar con cada roce de sus dulces labios sobre mi piel, termino por quitarme también el pantalón quedando solo con la ropa interior. Regreso a mis labios mientras su piel se rozaba con la mía, pase mis brazos alrededor de su cuello buscando atraer le mas hacia mi, y estar lo mas cerca posible de él. Baje sus pantalones hasta donde pude para que el terminase con eso que yo no podía. Seguí besando le con toda la intensidad de la que era capaz, baje un momento a su cuello para volver a besarle allí y después volví a buscar mi mayor adicción, sus labios

A quitarle los pantalones ella también me quitó los míos, hasta donde podía. Se centro unos momentos a mi cuello, en ese momento no pude hacer nada más que suspira con intensidad para que al menos algo de aire llegara a mis pulmones. Mi corazón ya estaba puesto a mil por hora, y mi cuerpo seguía pidiendo más, me comenzaba a mover un poco al ritmo, pero aún sabiendo que todavía no tocaba, era algo que se comenzaba a hacer por instinto. Pasé mis manos con cuidado por detrás de su espalda para desabrochar su sujetador y dejarlo al lado de la cama. Coloqué mis manos encima de su mejilla para luego bajar suavemente con caricias hasta su cintura, pasando por tocar completamente sus pechos, sin miedo algo. Volvía a sentir su cuerpo rozando con el mío, volvía a sentir sus besos, sus caricias, volvía a sentir sus palabras, después de tanto tiempo volvía a sentir todo lo que echaba de menos, toda o importante que formaba mi vida. Coloqué mis dos manos entre la pieza que faltaba por quitar y su trasero, para comenzar a bajar con lentitud y comenzar a deshacer de esa única pieza que quedaba para descubrir completamente su cuerpo entero. Volví a acariciar suavemente su cuerpo, sin miedo a hacerla daño, o sin miedo a que tocara donde ella no le gustaba. Confiaba en ella, lo cual sabía que si algo no le gustaba me lo haría notar enseguida. Acaricié su barriga, de nuevo sus pechos, pasando por su espalda hasta llegar a la zona que acababa de despejar por completo. Acaricié con más cuidado que en sus otras partes del cuerpo, la zona de su sexo, con intención de excitarla un poco, queriendo volver a escuchar esos suspiros e incluso gemidos de placer de sus dulces labios. Le di un beso corto en los labios, luego me puse al lado de su oído - no me abandones nunca, no puedo vivir de nuevo sin ti - dije cerca de su oído, más cerca que antes pero con la voz un poco más baja y a su vez en un delicado susurro. Después de eso volví a centrarme en sus labios, no los quería perder, no quería que nadie más consiguiera tocarlos, era mi ángel, mi cielo entero y no quería que nadie más lo aprovechara como yo lo estaba haciendo. Disfrutando de sus caricias, abrazos, palabras, miradas ... disfrutando de todo ella.