Dormitorio de Mike y Arte

Me reí cuando dijo que o comenzaba ella o nada - mas o menos, digamos que si yo intento iniciar no acabamos como quiero - dije riendo, siempre surgía algo si comenzaba yo, en cambio si comenzaba ella no pasaba nada. Al final dijo que teníamos que descansar un poco, la verdad es que tenía razón, no podíamos quedarnos mucho tiempo despiertos, seguro que ya eran entre las once y las doce de la noche y mañana por la mañana yo al menos tenía que madrugar. Ella se quedó abrazada a mi y yo lo único que tenía que hacer era cerrar los ojos - buenas noches mi amor - dije en voz baja y suavemente. No tardé mucho en quedarme dormido ya que a pesar de no demostrarlo estaba realmente cansado y ya por pensar que mañana teníamos que ir al trabajo más ganas tenía de dormirme. Al día siguiente nos despertamos casi los dos a la vez y después de vestirnos fuimos a desayudar, Gabriella ya estaba despierta y antes de irme a trabajar jugué un rato con ella en el jardín, poco después Arte y yo teníamos que ir al trabajo.

Cuando Artemisa cogió mi brazo nos llevé a la mansión desapareciendo del hospital, iban a estar más seguros en casa que en el hospital y así al menos los mortífagos ya se iban a ir de allí al no encontrar lo que buscan. Llegamos a casa directamente en nuestra habitación. Artemisa acabó sentada en el suelo y yo agachado junto a ella, me levanté un momento para llevar a Daniel en su cuna individual que había echo montar en nuetra habitación hasta que estuvieran preparados para estar en su propia habitación, luego me acerqué a Artemisa y le quité a Katherine de los brazos para hacer lo mismo que con Daniel, los dos ya estaban más tranquilos pero igual dentro de un rato se iban a despertar al ser su hora de comer. Luego me acerqué a Artemisa, desde que estuvimos en la habitación después del mortífago no había dicho gran cosa, ni en ese momento dije nada, ayudé a Artemisa a sentarse encima de la cama cogiéndola con mis brazos, al sentarla encima de la cama con las piernas estiradas simplemente la abracé con fuerza era tantas las emociones que había aguantado en tan poco tiempo que ahora mismo se me hacía demasiado. En la sala de partos sentía un miedo aterrador, poco después cuando el mortífago intentó llevarse a Daniel sentía mucha rabia. Cuando Artemisa estaba en ese pequeño estado de coma me sentía verdaderamente vacío y que faltaba algo verdaderamente importante en mi vida aunque por suerte los pequeños me distraían un poco, porque en otras ocasiones me acordaban a ella. Muchos me decían que me comenzase a acostumbrar a esa vida porque podía ser que ella no despertase. Luego vino una avalancha de alegría al ver que despertó y al verla con los niños me emocionó bastante, pero ese cambió de alegría a preocupación y miedo era demasiado, ninguno de esos cambios me lo esperaba para nada y ahora simplemente estaba inseguro de lo que tenía que sentir. Comencé a llorar un poco porque la mayoría de lágrimas me las contenía, al estar un poco más tranquilo me separé un poco de ella para besar la con intensidad, necesitaba ese beso, necesitaba saber que aún seguía allí y que ahora mismo todos estábamos a salvo, que ahora mismo no estábamos en un gran peligro rodeados de mortifagos, que ahora, en ese momento, estábamos a salvo, o mejor dicho, necesitaba saber que mi familia estaba bien y que no les faltaba nada. Después del beso me separé un poco más de ella y di un suspiro y cogí sus dos manos con delicadeza y mirando sus manos comencé a hablar.
- Yo ya sabía que él quiere a nuestro hijo, cuando estabas en la sala de partos tu antiguo ginecólogo lo capturó pero Katherine me indicó que algo iba mal y al seguir tu médico escuché su voz, dijo que lo quería para él, que era un heredero digno de Slytherine si crecía en sus manos – hice una pausa tragándome yo mismo lo que estaba diciendo, sin aun creer que le quería para emplear para el mal, una cosa tan pequeña no podía hacer daño pero más adelante tendría grandes habilidades que podría emplear contra el mundo perfectamente – no voy a permitir que se lo lleven, antes de llegar a él o a alguno de vosotros pasará por encima mía sea como sea que acabe yo, pero no dejaré que os pase nada a ninguno sin haber intentado luchar -

En cuanto cogí su brazo aparecimos los cuatro en nuestro dormitorio de la mansion,desde que yo había sido ministra y los ataques de los mortifagos habían comenzado la casa contaba con toda clase de protecciones mágicas las venticuatro horas del día hacíendola un lugar mas seguro que el hospital de san mungo, rondando la linea de Hogwarts, eramos una de las familias mágicas mas amenazadas por voldemort y sus mortifagos y como jefe de los aurores Mike se había encargado de que estuvieramos bien portegidos como otros tantos.
Lo primero que hizo fue dejar a Daniel en su Cuna, y luego vino a por katherine para hacer lo mismo. Por ultimo me cogió en brazos e hice una mueca. Me llevó hasta la cama dejandome allí sentada con las piernas estiradas y me abrazó fuertemente, respondíi a su abrazo pasando la mano por su cabello despacio, había pasado por mucho en unas horas. Al cabo de un momento me di cuenta de que había empezado a llorar -eh...- dije en apenas un susurro a su oido mientras le seguía acariciando el cabello y le daba un beso en la frente - estamos todos bien... no ha pasado nada...- fui diciendole con voz tranquila tratando de que se calmase un poco. Antes de que pudiera seguir con nada me besó,ambos lo necesitabamos creo y le respondí con ganas. Cuando nos separamos dejé caer la cabeza sobre su hombro - todo esta bien cielo...
Empezó a contarme algo que había pasado mientras yo aún estaba inconsciente después del parto, casi se llevaban a Daniel... pero basicamente katherine lo había evitado avisando a Mike - Kath va a ser una gran bruja...- comenté tal y como se me vino a la cabeza, pero era algo indiscutible, ni siquiera Daniel estaba dando tantamuestra de poder como ella. - no lo va a tener ni a él ni a Kath, yo tampoco pienso dejar que eso ocurra... encuanto este en condiciones claro...- ahora mismo si no llegaa ser por Katherine posiblemente yo estaria muerta y Voldemort se hubiera hecho con ambos niños ya

Al abrazarla pude sentir como ella respondía a mi abrazo y como pasaba su mano por mi cabello suavemente. Cuando no pude evitar que unas lágrimas bajaran por mi mejilla escuché como ella intentaba animarme un poco, dijo que todos estaban bien y que no había pasado nada, pero eso último era incierto y lo sabía perfectamente pero antes de que pudiera decir algo más fue cuando la besé. Después del beso ella dejó caer su cabeza sobre mi hombro y fue cuando la cogí de las manos, luego ella dijo que todo iba bien, pero no era cierto y le comencé a contar lo sucedido, dij que Kath iba a ser una gran bruja cosa que era verdaderamente cierto – tienes razón, lo será al igual que su madre, y Daniel también lo será aunque no lo demuestre tanto, hay veces que siento como intenta decirme algo a través de la habilidad que compartimos aunque no sea tan fuerte como Kath, pero será igualmente un gran mago – dijo que ella tampoco iba a dejar que se llevaran a ninguno de los dos para emplearlos contra el bien, emplearlos incluso contra sus propios padres, aunque dijo que lo iba a hacer cuando estuviera en condiciones porque si no fuera por Kath a saber si les iba a pasar algo – No quiero que os pase nada, ni a ti, ni a Gabriella, ni a Katherine ni a Daniel, no quiero que os pase nada a los cuatro y me siento como el responsable de que estáis bien, y me sentiría estúpido si pudiera proteger a un pueblo de magos y brujas y no a mi propia familia – miré hacia la ventana y pude ver como comenzaba a hacerse de noche, por lo que seguramente que Gabriella se estaría preparando para ir a la cama pero antes preferiría saludarla y seguramente que Artemisa también tendría ganas por lo que me levanté de la cama – voy a buscar a Gabriella – salí de la habitación para buscar a Gabriella y venir con ella a la habitación después de decirle que no hay que hacer mucho ruido ya que sus hermanitos estaban durmiendo. Al entrar en la habitación no pudo evitar sonreír y acercarse rápidamente a Artemisa para darle un gran abrazo. Yo me acerqué a la cama y comencé a sonreír al verlos ya a todos juntos por decirlo de alguna manera ya que Kath y Daniel estaban durmiendo cada uno en su cuna.

Rodé los ojos cuando me comparó con ella - será mucho mejor que su madre, tiene parte del gran mago que es su padre - respondí con una dulce sonrisa, siendo practicos, vale yo había llegado a ministra de magia en su momento pero en cambio Mike era al mismo tiempo director de san mungo y jefe de los aurores, cosa que muchas veces fastidiaba bastante, pues apenas podíamos tener tiempo para los dos y ahora con los niños menos, hasta que cogiera esas vacaciones que me había dicho... si, deprimente, vida de adultos que se le iba a hacer.
- Tu solo no eres el responsable sobre todos, somos sus padres, los dos- remarqué la palabra, para darle importancoa - los dos somos los que tenemos que protegerlos, no me voy a quedar de brazos cruzados para que no me pase nada mientras tu te encargas de eso, cuando estaba embarazada no me importaba eso por que estaban los dos pequeños, pero ahora puedo hacer tanto como tu, también he sido auror, se defenderme y sabré defender a mi familia - le dije hablando muy sería todo el rato, ahora que ya no estaba embarazada no iba a dejar que siguiera con su empeñamiento de protegerme a mi también, los niños ya necesitaban de toda nuestra atención como para eso .
Al cabo de un rato salió de la habitación y regresó con Gabriella, me alegré mas que nunca de verla, y no pude evitar una amplia sonrisa, vino hacía mí directamente, se subió en la cama y me dio un abrazo, aunque acabase de tener a mis propios hijos con Mike, no iba a dejar de querer a Gabriella como a Daniel o a Katherine, era una niña que se hacía querer por si misma.

Dijo que sería mejor que ella al tener algo de mi también – nos superaran a los dos seguro – tanto Katherine como Daniel nos iban a superar con esas dos habilidades que tenían, y si tiraban para aurores y se apuntaban en la orden del fénix si ellos lo deseaban lo iban a ser mucho mas
- Lo sé... - dije al acabar de escuchar todo lo que tenía que decir respecto a la protección de la familia, di un suspiro, no me apetecía mucho seguir hablando sobre ello, igualmente seguiría teniendo el mismo pensamiento,y podría ser que Artemisa se pudiera proteger ahora mismo por si misma, pero igualmente eso no quitaba el echo que quisiera protegerla mucho y que no me gustase que se metiera en asuntos de mortifagos, era mi mujer y la única persona que daba razón a mi vida, sin ella prácticamente mi alma estaría muerta.
Cuando Artemisa vio a Gabriella pude ver en ellas dos unas sonrisas de verdadera alegría.
- Te eche menos – dijo Gabriella en voz baja ya que antes le dije que no gritara que sus hermanos dormían - quiero ver - dijo mirando hacia las cunas.
- Espera - dije mientras me acercaba a las cunas y las aproximaba hacia la cama para que los pudiera ver. Al ver la cara que ponía Gabriella de ilusión no pude evitar sonreír con más fuerza.
Poco después entró Lily al cual también le había despertado la curiosidad de saber como son los dos pequeños.

No me supuso tanto problema como esperaba que le dijera que podía protegerme sola, pero igual no tenía la pinta de estar muy convenido y no dudaba de que no fuera capaz de hacer una tontería la próxima vez que ambos estuviéramos en peligro pero bueno por ese lado... yo también las había hecho y quizás no fuera tan fácil evitarlas a voluntad como simplemente decirlo.
Se me hinchó el corazón de ternura al oír a mi niña decir que me echaba de menos, era tan... imposible de no querer. - y yo a ti pequeña- le di un fuerte abrazo y luego quiso ver a sus hermanos, Mike se los acercó, ella frunció el ceño y lily que había aparecido por allí también se aceró a verlos
-no se meven- dijo Gabriella - yo quedo jugar con ellos...
-están dormidos ahora -comenté aguantando un poco la risa, mientras la apartaba el cabello de la frente - todavía son muy pequeños cielo, pero dentro de poco jugaran contigo hasta hartarte, hasta entonces siempre tienes a tu padre a los pies - dije mas mirando a Mike de forma divertida, el podría ser algo mas estricto como padre que yo pero nunca se negaba a jugar con Gabriella.
Justo entró una lechuza por el balcón dejando una carta justo al lado mía con el sello del ministerio... mierda, se me había olvidado comentarle a Mike todo eso con todo lo que había pasado desde la boda.
-Además es hora de dormir, mañana podrás estar mas rato con ello - la niña que esta estaba en pijama y había estado a punto de meterse en la cama cuando nosotros llegamos asintió y lily la acompaño hasta su dormitorio no sin antes felicitarnos por el nacimiento de los niños.
Cuando nos quedamos solos abrí la carta sin comentarle nada a Mike hasta que la leí, el ministerio le comunica... tatatatatata... tras un tiempo sin ministro de magia, tatata... el wizegamot recomienda que vuelva a ocupar el puesto de ministra.
Habían accedido, podía volver a ser ministra, iba a volver a ser ministra y pensaba encargarme especialmente de los mortifagos, volvían a ser tiempos duros para el ministerio y si conseguía detener mediante el ministerio a los mortifagos mi familia también estaría a salvo con la excepción de que Mike como jefe de los aurores posiblemente estaría en primera linea del enfrentamiento.
- em... Mike, tengo que contarte algo, puede que vuelva a ocupar el puesto de ministra...-solté ahí sin mas sin tener muy claro cual sería su reacción

Solté una pequeña risa al escuchar a Gabriella que quería jugar con ellos, ahora era un poco difícil, tan solo tenían dos días como mucho. Artemisa dijo que de mientras que esperaba para poder jugar con ellos me tenía a mi a sus pies para que pudiera jugar con alguien, yo nunca iba a decirle que no al menos que yo estuviera realmente cansado, porque a mi mismo me gustaba jugar con ella, era la forma de pasar tiempo con ella, al igual que prefiero pasar el tiempo con Artemisa estando los dos tranquilos uno al lado de otro y darnos el cariño que no siempre podemos darnos.
Entró una lechuza por el balcón dejando una carta con el sello del ministerio para Artemisa, yo me quedé extrañado, era verdaderamente raro ya que Artemisa ya había avisado de que estaba de baja de maternidad por lo que estaban avisados de su ausencia, y otra cosa no podía ser. Al final Artemisa mandó a dormir a la pequeña, ella volvió a dar un abrazo a Artemisa para darle las buenas noches, luego se acercó a mi y la cogí en brazos para darle un abrazo y darle las buenas noches para que luego Lily se la llevase a dormir.
- Voy a preparar los biberones para los pequeños – dije mientas Artemisa leía la carta.
Fui a prepararlos ya que los pequeños se iban a comenzar a despertar y Artemisa por su situación en coma aún tenía que hacerse unas pruebas para que los médicos vieran si después de ese estado de coma aun podía dar pecho, aunque yo prefería darles el biberón porque así podía controlar lo que bebían ya que normalmente tenían que beber una cantidad diaria.
Volví a la habitación con los dos biberones ya preparados para los pequeños, al llegar ella ya había acabado de leer la carta y fue cuando me dijo que era lo que había puesto. Al parecer la habían ofrecido el puesto de ministra, o ella quizás lo haya solicitado de nuevo. Solté un suspiro, de alguna manera me podía imaginar que iba a pasar eso. Ahora era hora de tomar unas medidas familiares.
- Primera norma, tu te vas a coger baja de maternidad desde el primer día hasta el último, no quiero que trabajes hasta que no te hayas recuperado por completo y no controlemos lo de los niños. Segunda norma, si empiezas con ese puesto, los niños no podrán asistir al ministerio de magia ni a san mungo jamás, si tienen problema de salud mandare a los sanadores aquí pagando más, ya que ese servicio es un servicio privado y es bastante caro, pero al menos así evitamos lo peor. Tercera norma, tu te quedas bien encima de los mortifagos, es asunto de los aurores, tu sabrás toda la información pero lo demás lo dejas a nuestras manos – estas eran las tres únicas normas que quería aplicar, la última la decía más como jefe de auror en vez de como su marido, pero en realidad era así, la ministra no se tenía que meter en batallas, el único derecho que tenía sobre el tema de mortífagos era de ser informada en todo momento. Los niños ya comenzaban a despertarse y a moverse por lo que cogí a Katherine primero ya que parecía que ella estaba más espabilada que Daniel y se la entregué a su madre con un pequeño trapo por si escupía algo de leche para secar la. Luego le entregué a Artemisa el biberón – yo mañana iré a San Mungo acabaré de preparar la preparación y me daré de baja un mes, como te dije – a Daniel lo dejé aun un poco en su cuna ya que parecía que aun estaba algo dormido pero me quedé al lado de él ya que sabía que en cualquier momento iba a despertar ya que también se comenzaba a mover un poco.

Gabriella nos dio un abrazo de buenas noches a los dos y se fue, y cuando yo recibí la carta Mike salió a prepara los biberones para los dos pequeños, desde que había despertado con todo el lio de los mortifagos no tenía muy claro mi estado actual pero imaginaba que Mike si, asi que no dije nada. Cuando regresó y le dije que volvía a ser ministra me puso tres normas, pero en parte tenían sentido común y en parte me resultaban bastante molestas, la ministra era yo no él, el podía mandar todo lo que quisiera en San mungo pero en el ministerio volvía a mandar yo - lo de los días de baja los respeto, ahora no es como antes que hacía con la baja un poco lo que me daba la gana, tengo dos niños y ellos estan por encima de mi trabajo, aunque mi trabajo sea un puesto importante - era algo que me había dejado claro yo misma desde que empecé en el ministerio por primero vez, la familia estaba por encima, y ya se podía quejar quien quisiera que eso no iba a cambiar - no entiendo que tiene de malo que los niños vayan a san mungo, no quiero que su infancia este condicionada por ser los hijos del director del hospital mágico y de la ministra de magia, son dos niños nada mas y no soy tan tonta como para dejar que vayan a ningún lado sin proteccion y por ultimo, los mortifagos son problema de estado no solo de los aurores, los aurores sois parte del ministerio que es quien lucha en su totalidad contra los mortifagos, elministerio no solo se encarga de politica, la seguridad de la comunidad magica tiene prioridad y eso no es trabajo exclusivo de los aurores, estaré donde tenga que estar y eso ya es asunto de trabajo, ahora tu mismo has dicho que estoy de baja asi que esto se hablará en cuanto vuelva a mi trabajo - terminé de hablar guardando la tranquilidad de una conversación cualquiera, pero ahí no pensaba ceder, mi trabajo era mi trabajo y no iba a dejarlo así como así, las cosas eran así, los aurores estaban bajo el mando del ministerio, y el ministerio bajo mi mando e iba a hacer lo que tuviera que hacer, ni mas ni menos.
Me dio a katherine y la cogí encantada entre mis brazos para darle el biberon, la miré embelesada mientras escuchaba lo que decía Mike - cuanto tiempo tengo yo? - tenía que empezar a hacer mil cosas en el ministerio pero pensar solo en perder de vista a los niños tal y como estaban las cosas no me dejaba muy tranquila, iba a dejar la casa con fuertes medidas de seguridad lo primero de todo y también de que otras familias como nosotros tuvieran la misma seguridad, nuestros amigos, otros cargos importantes, Stephan... todos ellos estaban en la misma condición que nosotros - mike... cielo... me preparas un baño? - le pregunte con toda la cara de buena que pude, tenía ganas de ducharme pero no me veía aun muy capaz de estar un largo tiempo en pie, y no me apetecía una ducha que se dijera corta...

Dijo que los días de baja los respectaba ya que los niños estaban por encima de su trabajo, eso es lo que decía ella. Luego dijo que no entendía porque los niños no podían ir a San Mungo, ya que no quería que nuestros cargos perjudicaran su infancia, algo que era inevitable - ¿y que pase lo que pasó hoy? ¿otro ataque de mortífagos? Artemisa puede que hayamos sacado a nuestros hijos de allí sano y salvos, pero no lo digo solo por ellos, piensa en la cantidad de magos que habrán muerto hoy para proteger el hospital, yo no quiero que pase otra vez, suficientes muertes tenemos diariamente para provocar más, por muy tontería que sea ellos le quieren a él y harán todo lo posible para conseguirlo y quiero que ese problema se quede entre los que estamos metidos, no toda la sociedad mágica – y Katherine y Gabriella eran un cebo bueno para hacer un intercambio, o para cualquier cosa. Luego como me imaginaba insistía ante el tema que ella no podía combatir en los debates con los mortifagos, pero allí ella misma no se daba cuenta de una cosa que ella personalmente había dicho hace tiempo – te recuerdo que me prometiste que en eso te mantendrías al margen, si rompes la promesa sabes de lo que soy capaz solo para protegerte – si ella ya tenía miedo de que me pasara algo cuando me iba de batalla, cuando estuviera ella incluida iba a tener más miedo, ya que mi instinto era protegerla, por mucho que digiera que se sabe proteger, cosa que yo siempre lo sabía que podía protegerse sola, por mucho que digiera que podía vencer a todos, por muchas cosas que digiera siempre mi instinto sería protegerla, al formar parte de mi vida y ser una pieza tan importante de ella. Finalmente ella dijo que eso se hablaría cuando estuviera en su trabajo por lo que simplemente asistí con la cabeza.
Me preguntó cuanto tiempo tenía ella – tienes un derecho de cuatro meses de baja por maternidad – lo más seguro es que ahora por su mente pensara solo en el ministerio al recibir esa noticia, yo solamente di un suspiro pensando en el poco tiempo que tendremos ya para los niños y para nosotros mismos y deseaba con fuerzas que los niños crecieran con padres, no con desconocidos. Mientras ella daba el biberón a Katherine ella me preguntó si le podía preparar un baño, asistí con la cabeza – ahora te lo preparo – me fui al cuarto de baño y abrí los grifos para que saliera agua caliente y agua fría y a medida que se llenaba cerraba el grifo de agua fría para que la bañera estuviera a gusto para Artemisa, pero eso no lo preparé sin antes meterle unos jabones especial para bañeras para relajarse fácilmente. Cuando la bañera ya estaba lista escuché a Daniel que comenzaba a llorar por lo que enseguida fui a la habitación – ya está preparado el baño – dije mientras cogía a Daniel para yo darle el biberón a él. Me senté en la cama y me coloqué para poder dárselo mejor. Enseguida noté que estaba hambriento ya que comía bastante rápido – creo que tiene mi estomago – dije mientras reía suavementente.

Levanté las manos a modo de rendición -´de acuerdo, ni san mungo ni el ministerio - aún estaba algo distraida como para entrarme del todo lo que había sucedido hacía unos momentos en san mungo, no sabía mucho mas de lo que había pasado fuera de las paredes de la habitación en el que estaba con los niños. No comenté lo ultimo que dije, pero si los mortifagos conseguían hacerse con alguno de los dos, y criarlos ellos mismo si que sería un problema de sociedad, iban a ser dos magos poderosos que con malos fines podían causar mucho destrozo... aparté esa idea de mi cabeza, no iban a conseguir a nuestros hijos, antes pasarían por encima de aurores protecciones mágica y nosotros mismos, los tres niños gozaban de buena protección. - solo voy a cumplir con mi trabajo, también quedamos en que familia y trabajo iban por separado, mi trabajo es ser la responsable de todo lo que ocurre en la comunidad mágica inglesa, y arreglarlo, ya sea en política o en defensa, voy a hacer todo lo posible para terminar por fin con el problema de los mortifagos, no mas, pero tampoco menos - deje con suavidad y tranquilidad tratando de que comprendiera mi situación, era mi responsabilidad como ministra y no podía eludirla así como así por el hecho de que estuviéramos casados, por la misma regla de tres yo lo tenía muy fácil a la hora de mover algunos hilos y quitarlo del puesto de jefe de aurores y de todo lo que fuera primera linea de batalla, pero sabía que no lo podía hacer, igual que él no podía impedir que hiciera lo que debía con normalidad.
Sonreí mirando a katherine mientras decía cuanto tiempo tenía hasta volver al trabajo - me parecerá poco cuando tengo que estar un día sin ellos - tendría que hacerme a la idea a la hora de trabajar, lo bueno de ser ministra es que no tenía por que estar encerrada en el despacho del ministerio, también podía estar encerrada en el despacho de casa, beneficios de la magia y cosas como los polvos flu es lo que tiene...
para cuando Mike anunció que el baño estaba preparado katherine parecía haber terminado de comer. me dirigí al baño después de dejarla en su cuna de nuevo, ya me sentía bastante mejor igual agradecí bastante cuando pude dejar de estar de pie y relajarme un rato en agua caliente.

Pase de hablar más sobre donde podían ir o no nuestros hijos por su seguridad y la seguridad del mundo mágico y sobre el trabajo de Artemisa, ya hablaríamos en otro momento, ahora mismo estaba demasiado cansado para ello. Dijo que el tiempo se le volvería largo en cuando tuviera que estar un día sin ellos dos. Sonreí dulcemente – creo que a los dos se nos hará largo – dije mientras miraba a Daniel ya que tomaba su biberón con una tranquilidad indescriptible. Mientras Daniel aún comenzaba el biberón Katherine ya había acabado por lo que Artemisa la acostó en su cuna y se fue al baño para disfrutar del baño que le prepare. Yo seguía dándole el biberón a Daniel con tranquilidad, sin ni una sola prisa disfrutando yo también la tranquilidad que había en la habitación a pesar de tener a dos bebes recién nacidos. Cuando Daniel ya había acabado el biberón, bueno, no acabado acabado pero al parecer ya no podía comer más - ¿ya estás lleno? - pregunté en voz baja, a pesar de que sabía que no me iba a contestar quería que me sintiera. Después de que le preguntara si estaba lleno él pareció responder con un bostezo, no pude evitar sonreír ligeramente – vale, ahora te meto en tu camita – dije otra vez en voz floja, me levanté de la cama para moverme un poco y que se quedara suavemente dormido para luego tumbar le en su cuna y dejarlo bien dormido para que no se despertara dentro de poco. Después de mirar si de verdad estaban los dos bien dormidos me fui de la habitación sin hacer ruido y me fui al cuarto de baño para ver como estaba Artemisa. Al llegar la veía dentro de la bañera sin la ropa con los ojos cerrados, volví a sonreír con suavidad al verla tan relajada y al verla tan como siempre. Me acerqué a ella silenciosamente y le di un beso en los labios, un beso intenso. Luego sin que se diera cuenta cogí un poco de espuma con el dedo índice de la mano derecha y le puse espuma en la mejilla para luego separarme un poco de ella y reírme un poco.

Reí un poco después de escuchar su afirmación, una vez que nos hiciéramos a estar pendientes de los niños, se haría raro estar tanto rato sin ellos, para los dos - yo tendré mas tiempo hasta que me tenga que acostumbrar - le saqué la lengua sonriendo de broma, a pesar de todo lo que acababa de ocurrir ahora me encontraba de bastante mejor humor al ver a toda mi familia sana y salva en la misma casa - ventajas de ser la madre - seguí riendo completamente con buenos ánimos y ganas de bromear un poco. Me fije un poco en Daniel y de lo tranquilo que estaba resultado, ya lo había sido para el embarazo, bastante mas que Katherine, reí un poco alzando una ceja - y esa tranquilidad de donde ha salido? - posiblemente de mi no, por lo menos no gran parte del tiempo, a Mike podía considerarsele mas tranquilo... que también podíamos dejar eso en algo circunstancial.
Al momento de comenzar mi baño me encontraba bastante a gusto, desde antes de irme a dormir justo la noche de bodas no había tenido un solo momento de tranquilidad consciente hasta ahora mismo, lo necesitaba. El puntazo hubiera sido acordarme de poner algo de música antes de meterme pero... era yo, sin olvidos así y sin mis poquitas ganas de levantarme a remediarlo no sería yo, no tenía remedio. Estuve un rato en silencio sin pensar en nada con concreto, disfrutando del momento simplemente hasta que escuché los pasos de quien supuse era Mike, me quedé como estaba hasta que una sonrisa se dibujo en mis labios y abrí los ojos después de responder a su beso. Se rió después de mancharme la cara de espuma, le salpiqué un poco con agua y espuma riendo - al final vas a ser tu mas niño que tus hijos - dije bromeando

Ella dijo que tenía más tiempo hasta que se tuviera que acostumbrar, ventajas de ser madre, con un todo burlon y sacándome la lengua – a ver si serás mas cría que tus propios hijos... - dije mientra me comenzaba a reir. Cuando estuvo observando a Daniel preguntó de donde venía esa tranquilidad que tenía, negué con la cabeza – ni idea – ni Artemisa ni yo se podría considerar que éramos personas muy tranquilas, ni tan solo se podría considerarnos como tranquilos – será una característica propia de él – no todo lo que era él tenía que ser de uno de los dos, también habría cosas que eran solo de él, que no había herredado por decirlo de algún modo, sino que directamente apareció a él.
Cuando le di e beso a Artemisa ella respondió y al separarnos pude ver en su cara una sonrisa. Al ponerle espuma en la cara ella me echo un poco de agua con espuma, yo enseguida intenté apartarme para que no me salpicará pero acabó mojándome un poco y escuché su comentario que al final iba a ser más niño que los pequeños – pero no más niño que tu – dije sacándole la lengua – además, un poco de diversión se me es permitido ¿no? - me fui a la pica del baño para quitarme las lentillas que tenía puestas y ponerme las gafas, últimamente llevaba diariamente las lentillas por comodidad, pero en casa siempre me las quitaba ya que estar todo el día con ellas no era bueno - Mañana iré después de desayunar y darle el biberón a uno de los pequeños a San Mungo y acabo de hacer lo que tenga que hacer, dudo que esté más de dos horas por lo que para antes de comer ya estaré en casa y será oficial mis vacaciones de un mes - dije para que lo supiera, por suerte estaba Lily para que la ayudase con los niños por si pasaba algo, podía mandar a Gabriella a jugar con las mascotas de la casa mientras que ayudaba a Artemisa con los pequeños. Acabé guardando las lentillas en su caja y lo guardé en el cajón del armario donde solía ponerlas siempre y de ese mismo cajón saqué mis gafas para ponérmelas. Luego me giré y me acerqué hacia Artemisa - ¿quieres que te traiga algo o necesitas algo? - pregunté por si quería que le tragera alguna cosa para que estuviera completamente todo a su gusto.

- mas no - respondo riendo - pero igual puede - sigo la broma de bastante buen humor, era serio cuando tenia que serlo ni mas ni menos, y tampoco me gustaba tener que serlo mucho tiempo, era superior a mi, podía ser ministra pero siempre que podía soltaba alguna broma incluso en el trabajo, no tiene nada que ver la eficiencia con hacerlo de mejor o peor humor, así que yo prefería el buen humor.
Seguí mirando a daniel que era el mas tranquilo de todos en la habitación, parecía imposible que hubiera tantan gente detras de llevarse a una cosita tan pequeña y quieta - mejor así ahora, puede que no le dure mucho - dije olvidando la sonrisa y el buen humor, podíamos protegerlos con todo lo posible pero no se esperaba que fueran a tener una vida especialmente tranquila, eran tiempos complicados, en guerra con Voldemort y el era uno de los objetivos del señor tenebroso, y so era lo que yo quería conseguir volviendo a ser ministra, acabar con la amenaza mortifga y lograr que tuvieran los dos una via normal y tranquila, pero la cosa iba para largo.
Le saque la lengua poniendole cara rara cuando dijo que mas niño que que yo podía ser...pues no, la cosa era así. - um... - me quede con cara pensatiba un rato hasta que al finalme rei mientras el se quitaba las lentillas y se ponía las gafas . Escuché lo que decía y simplemente asentí, me alegraba de ir a tenerlo en casa durante un mes, aunque iba a ser un mes agetreado. Luego se acercó a mi para preguntarme si quería que me trajera algo - pues no estaria mal un poco de musica, pero si los niños estan dormidos casi mejor que no -comento pensandolo un poco mejor.- y bueno necesitar... ahora mismo solo te necesito a ti - dije mirandolo dulcemente

Me reí cuando dijo que más no, pero que podía ser que por igual sí. Ella sabía cuando era hora de ponerse serios pero cuando alguna broma no estaba de mas. Conseguía poner de buen humor fácilmente y mostrar seriedad a la vez, no sabía como lo hacía porque yo solo conseguía o ser serio o ser bromista, muchas veces prefería ser serio pero mi compostura de persona amable si que no lo intentaba quitar, al menos daba buena impresión a mis trabajadores y a los otros jefes de instituciones. Mientras miraba a Daniel dijo que era mejor así ahora ya que podía ser que no durase mucho, no entendí perfectamente lo que quería decir, pero sí pude entender mas o menos por donde iba esa conclusión. Esto no iba a ser nada fácil, ni para nosotros ni para él, sus infancias tendrán que ser limitadas, con eso me refiero a que no siempre podrán tener una infancia normal ya que teníamos que tener más cuidado aún para evitar que pasase algo parecido como el día de hoy y para evitar que pasase algo mucho más peor que eso. Cuando le dije que más niño que ella no podría ser no se comenzó a reír hasta que comenzaba a quitarme las lentillas para cambiármelas por las gafas. Al acercarme a ella y preguntarle si necesitaba algo dijo que no estaría mal algo de música pero ella misma reconoció que como los niños estaban durmiendo no podríamos poner, ya que podríamos despertar les y luego costaría bastante dormir los otra vez. Finalmente dijo que me necesitaba a mi, yo sonreí y me acerqué a ella para darle un dulce beso en los labios – a mi siempre me tienes cielo – dije con una sonrisa aun dibujada. Con mi mano derecha acaricié suavemente su mejilla izquierda – ya tengo ganas de que los pequeños sean un poco más mayor para irnos tu y yo a algún lugar y estar solos – deseaba tenerla para mi, olvidarnos los dos de nuestras responsabilidades y de nuestra familia para estar una noche entera los dos solos y simplemente disfrutar. Pero al mismo tiempo quería disfrutar de que tuviéramos a los dos pequeños y estar con ellos todo el rato y jugar un montón con Gabriella y que tuvieran los tres una infancia que al recordarla sonriesen.

Mike acaba con el cambio de lentillas a gafas y se acerca a mi después de oir mis palabras. Respondí a su beso con ganas, enredando una de mis manos en su cabello sin cuidado por mojarle mas o menos, ya le había echado agua antes, daba igual un poco mas pero aquel beso no me daba tanto igual. nada mas separarme de él me saco una sonrisa, pero no deje que se alejara demasiado y volví a acercarme a su rostro para besarlo de nuevo, antes de que dijera lo ultimo,. Dejé la cabeza hacie el lado de mi cara en el cual él tenía su mano, acariciando mi mejilla. Sonreí dulcemente, mirandolo a los ojos, eran tan... indescriptible. - y cuando crezcan tendremos ganas de que se queden pequeños - comenté riendo o por lo menos siempre me había dado la impresion de que ocurria eso con mis padres - dejale a todo su tiempo, no voy a dejar que te vayas sin mi- le di otro beso algo mas corto - y me voy a ir a ninguna parte sin ti

Sentía como enredaba su mano en mi cabello, algo que me volvía completamente loco, sentir su tacto siempre era algo que me gustaba mucho, sobretodo si era con intenciones buenas, aunque ahora que recuerde, nunca nos habíamos tocado ninguno de los dos con intención de hacer daño o llenos de rabia, lo único a que llegábamos a hacer era levanta la voz, pero incluso eso se hacía muy escaso, ya que pocas veces, por no decir casi ninguna nos levantábamos la voz. Era en esos casos y más que se veía que estábamos destinados a estar juntos. Comenzamos a besarnos seguidamente, separándonos solamente para coger un poco de aire. Dijo que cuando los pequeños crecieran tendremos ganas de que vuelvan a ser pequeños y que se queden como pequeños – es lo más seguro – dije mientras comenzaba a reír un poco. Dijo que lo dejara todo a su tiempo, ya que no iba a permitir que me fuera sin ella y ella no se iba a ir sin mi, sonreí suavemente - ¿quién dijo que me iba a ir sin ti? Yo no me voy a separar de ti nunca, jamás – le di un beso antes de separarme de ella y ponerme de pie – me meto contigo ¿vale? - dije mientras sonreía y la miraba dulcemente a los ojos. Me comencé a quitar la ropa y al quedar completamente desnudo me metí en la bañera junto a ella teniéndole a ella de frente. Como tenía sus piernas a mi lado estiré el brazo para acariciar sus piernas suavemente con mis manos.

Me dio la razón en cuanto a lo de los pequeños, aún quedaba mucho tiempo hasta que se hicieran mayores, no tenian apenas una semana pero tampoco hacía tanto que nosotros estabamos en hogwarts como novios y ahora sin embargo estabamos casados y con tres niños... dicho así no sonaba ni muy bien, eramos bastante jovenes los dos, pero podíamos llevarlo, sería un tanto tonto poder llevar un pais mágico y no ser capaces de criar a tres niños pequeños. Sonreí entre beso y beso mientras dijo que no se iba a separar nunca de mi. Luego simplemente se quitó la ropa y se metió en la bañera conmigo, sentandose frente a mi, Lo miré con los ojos entrecerrados pero sonriendo, finjiendo de broma estar enfadada - Siempre te pones lejos - dije por decir medio riendo, moviendome para darme la vuelta y acercarme a él. Rodeé su cuello con mis brazos y pegué mis labios a los suyos besandolo lentamente, echaba de menos eso, practicamente desde que el embarazo había empezado a dar problemas para mi salud y la de los niños no había estado así con él. Me separé de él dandome la vuelta para quedarme de lado echada hacia él, dejé caer la cabeza sobre la currva de su cuello, dandole suaves besos por allí - te quiero...

Cuando me puse en frente de ella dijo que siempre me ponía lejos y se movio para darse la vuelta y acercarse a mi. Sonreí al tenerla cerca y sentir como rodeaba mi cuello con sus brazos y juntó sus labios con los míos que bailaban lentamente juntos. Quizás no hemos tenido una noche de bodas muy bonita, pero si gracias a todo hemos llegado para tener esto estoy verdaderamente agradecido de ello porque ahora mismo estoy verdaderamente contento. Se volvió a cambiar dandose la vuelta para quedarse de lado echada hacia mi y dejó caer su cabeza sobre mi cuello y comenzó a darme besos en el diciendome una vez que me quería – no me tientes Artemisa – dije mientras tenía los ojos cerrados y notaba sus labios sobre mi cuello. Me moví un poco para poder besar sus labios dulcemente, pasé un brazo por debajo de ella y otro por encima y la abracé suavemente apretándola un poco contra mi mientras que la besaba intensamente. Con la mano derecha comencé a pasear por su cuerpo suavemente creando suaves caricias - te amo - dije en apenas un susuro cerca de su oído.

Rio un poco con los ojos cerrados cuando dice que no le tiente, no le hago caso y sigo besandole el cuello dandole algunos pequeños mordiscos de vez en cuando - por que? - pregunto sin distraerme mucho de lo que hacía hasta que el me interrumpio para volver a unir nuestros labios en un profundo beso mientras me rodeaba con sus brazos acercandome mas a él. Respondí a sus besos con ganas, pegandome a él mientras sentí su mano acariar mi piel. En un momento nuestros labios se separaron, aprobechando para tomar aire, tenia la respiración agitada y sentía mi corazon latir con fuerza en mi pecho, era algo agradable de sentir teniendo en cuenta todo lo que había ocurrido hacia no mucho tiempo. - No se que haría sin ti... - dije en apenas un susurro después de oirle decir que me amaba, volví a buscar sus labios, uniendolos con los mios en un intenso beso, rodeé su cuello con mis brazos, pasando una de mis rodillas hacia el otro lado quedando encima de él. Seguí besandolo durante un buen rato bajando de vez en cuando hacia el cuello hasta que el ruido de un llanto distrajo mi atención de lo que estaba haciendo, uno de los pequeños se acababa de despertar - voy yo - dije al momento saliendo de la bañera para ponerme el albornoz y salir hacia la habitación a ver que pasaba.

Al llegar era Katherine la que acababa de despertarse y como siguiera llorando no tardaría en despertar a su hermano, la cogí en brazos meciendola un poco, para después de asegurarme de que Daniel sequía dormido salirme de la habitación con mi hija en brazos, entornando la puerta un poco detras de mi para que no molestase mucho a Daniel - shh.. ya esta, ya esta...- dije en tono tranquilo mientras seguía meciendola para ver si se calmaba

Cuando le dije que no me tentase siguió un poco más pero dándome algunos pequeños mordiscos de vez en cuando, al sentirlo el aire se me iba completamente. Escuché como preguntó el por qué no me podía tentar, solté de mi una pequeña risa – tu ya sabes el porqué – ella continuó hasta que la interrumpí con el beso. Notaba como los dos comenzábamos a pegarnos más el uno al otro, comenzaba a sentir como el corazón comenzaba a latir cada vez con un poco más de fuerza y rapidez. Después de decirle que la amaba me respondió diciéndome que no sabía que haría sin mi, si ella no lo sabía yo lo iba a saber mucho menos, pero yo sabía perfectamente que sin ella no era nadie, no tendría vida ni nada, porque ella ha sido quien ha traído calor a un cuerpo frío y quien le ha dado familia a una persona solitaria, ya no era ese niño solo y frío que era antes, ahora era un hombre cálido con una gran familia y buenos amigos y todo gracias a ella. Sentí como sus brazos comenzaban a rodear mi cuello suavemente y como se movía para tener una pierda a cada uno de mi lado quedando encima mía. Rodeé mis brazos a su alrededor para abrazarla fuertemente y juntar más nuestros cuerpos. Estaba completamente a gusto, sentir su piel sobre la mía era algo que siempre me relajaba y que siempre me gustaba mucho, incluso el más mínimo roce con ella me encantaba. Nos seguimos besando hasta que escuchamos que uno de los pequeños se había despertado y comenzaba a llorar. Artemisa enseguida salió de la bañera diciendo que iba ella, se puso el albornoz y se fue hacia nuestra habitación. Cuando ella se fue di un suspiro y una cabezada hacia atrás que, sin querer, al hacerlo demasiado fuerte me había echo algo de daño. Pero así iban a ser las cosas de aquí más adelante, momentos íntimos iban a ser escasos, pero los dos preferíamos atender a las necesidades de los pequeños antes que a las nuestras. Salí de la bañera al ver que el llanto no paraba y me sequé rápidamente con una toalla y me puse los boxers. Fui hacia la habitación donde estaba Artemisa intentando consolar a Katherine, al parecer era ella quien comenzaba a llorar, su hermano estaba durmiendo y Gabriella tampoco parecía dar síntomas de que se hubiera levantado – quizás tenga el pañal lleno – dije apoyado desde el marco de la puerta. A señalé a Artemisa para que me siguiera y fuimos la futura habitación de Daniel o Katherine donde por el momento estaba allí las cosas de los dos menos las cunas. Me acerqué al cambiador y puse una calefacción que había justo colgando para cambiarles sin que pasaran frío. De repente se asomó Gabriella por la puerta – vaya ¿te has despertado pequeña? - pregunté a Gabriella, ella asistió con la cabeza – llevaré a la cama a esta pequeña – dije mientras cogía de la mano a Gabriella y me iba a su habitación con ella donde allí la volví a meter en la cama y la hablé hasta que se quedara dormida. Al quedarse dormida salí de la habitación cuidadosamente y cerré la puerta a mis espaldas.

- No lo sé - dije siguiendo a la mia mientras me reía, posiblemente lo supiera, pero yo era muy yo y no me acordaba o quizás realmente no lo sabía o a saber que lios habían en mi cabeza para no poder encontrar que era lo que él había pensado.
Cuando comenzamos con los besos y me puse encima de él, me abrazó con fuerza logrando que estuviéramos aún mas pegados el uno al otro si eso era posible en esos momentos. Después de todo lo que había pasado desde la boda me parecía mentira poder volver a la normalidad, estar los dos en casa, juntos, disfrutando de besos y caricias como si no hubiera pasado nada, eso sentaba mejor que cualquier baño o cosa que pudiera hacer para relajarme. Nada podía superar sentirle, a él, la persona de la que estaba locamente enamorada y saber que él me quería de la misma manera, después de todas las cosas que habían ocurrido desde que empezamos a estar juntos y que casi acababan con nuestra relación.
Seguí con Katherine, que no se calmaba de ninguna manera hasta que Mike salió tambien del cuarto de baño, con solo unos boxers puestos y me dijo que quizas resultaba que era hora de cambiarle el pañal a la pequeña. Fuimos hacia una de las habitaciones que en el futuro sería de alguno de los pequeños, aún no estaba claro cual sería de cual, se habían adelantado varios meses como para que estuvieran del todo lista pero ya tenían muchas de las cosas necesarias.
Llevé a la niña al cambiador cuando Gabriella apareció por la puerta, Katherine la habría despertado no me imaginaba como era que Daniel seguía durmiendo, aun así se la veía que estaba medio dormida y Mike se la llevó de vuelta a la cama. Como había estado en coma después del parto yo aún no había probado eso de cambiar pañales, imaginaba que Mike, no le quedaba otra durante ese tiempo - vamos a ver como se hace esto - le cambié el pañal como mas o menos me imaginaba que era y al poco rato dejó de llorar - ¿ahora mejor? - dije sin poder evitar una sonrisa mientras le hacia cosquillitas en la barriga

Al salir de la habitación de Gabriella después de acostarla me fui a la habitación donde estaban Katherine y Artemisa, al entrar vi que Artemisa había cambiado el pañal a Katherine y esta comenzaba ya a tranquilizase, al parecer era eso lo que tanto le molestaba y que no le dejara dormir. - ¿La vas a dormir tu? - pregunté mientras me acercaba a ellas dos y ayudaba a Artemisa a vestir a Gabriella cuidadosamente con su pijama ya que al cambiar el pañal la teníamos que quitar el pijama el body.
Al final Artemisa fue a llevar a Katherine a la habitación por lo que yo aproveche y me puse el pijama en el cuarto de baño y cogí un par de papeles para irme al salón y encender la televisión. Puse el volumen un poco bajo, a pesar de que me fuera abajo a propósito para no molestar a arriba tenía que tener cuidado en no poder un volumen demasiado alto para que se acabe escuchando arriba. Puse las noticias para ver más o menos lo que pasaba y me iba apuntando en las hojas en blanco lo más importante. Como lo más importante solían ponerlo al principio solo tenía que apuntar los diez primeros minutos y luego ya podía dejar los papeles en la mesa y escuchar lo resto sin tener que apuntar nada. El único incidente que tenia que apuntar para hoy era una inestabilidad económica en Inglaterra al haber aportado ayuda financiera a Grecia, pero igualmente nos íbamos a recuperar fácilmente sin necesidad de subidas de gastos etc. Mejor, en la parte económica, política y social de Inglaterra eran cosas que también nos podía afectar a los magos. Hice un poco de silencio para escuchar a ver si alguno de los pequeños lloraban o algo, pero no escuché nada por lo que me volví a centrar en la televisión.

Mike apenas tardó en volver a dormir a Gabriella, que ya se la veía que no iba a tardar mucho, cuando regresó yo había terminado con Katherine y sus pañales y el me ayudó a volver a ponerle el body. Mientras tanto me preguntó si yo me quedaba con ella para dormirla - si - dije simplemente, cuando terminamos, él se fue y yo me quedé de nuevo sola con nuestra hija. La cogí en brazos acunándola en mis brazos, era muy pequeña, pero se la veía preciosa así, no podía evitar una sonrisa cada vez que la miraba.
Pero por muy bonita que pareciera tardó lo suyo en quedarse dormida de nuevo pero por lo menos había dejado de llorar. Cuando por fin me di cuenta de que estaba dormida, volví con ella a la habitación en la que estaba su hermano, dejándola con mucho cuidado de no despertarla de nuevo en su cuna. Le eché un vistazo a Daniel, que era quien realmente mejor estaba, tan tranquilamente durmiendo. Volví al Baño donde había dejado antes mis cosas y me puse el pijama.
Bajé al salón donde estaba Mike viendo de terminar la televisión con un papel y un bolígrafo, habría estado viendo las noticias, pero después del rato que me había llevado dormir a Katherine ya habían terminado. Me senté en el sofá - algo importante? - pregunté por si había alguna noticia en especial que pudiera afectarnos a los magos aunque los muggles que vieran los telediarios no se dieran cuenta de ello.