Salón

Como me había imaginado a Mike no le hizo mucha gracia que quisiera meterme en aquello, pero no tenia ningún sentido que habiendo sido auror ahora no participase en aquello cuando hacia falta de verdad, como ministra tenía mis responsabilidades y no me iba a quedar sentada en mi despacho esperando que a los demás no les pasase nada, salvaran a danter y quitasen del medio a Bellatrix-¿por que no?-pregunté algo molesta cuando entramos en el salón, me quede de pie mirándole directamente a los ojos hablando totalmente seria-nos es que tengamos aurores de sobra, cuando yo estaba ya había pocos y ahora que he salido y Ariana tampoco esta hay menos todavía, ademas Deyanira tampoco tendría que implicarse mucho si esta embarazada y no nos vale cualquier novato inexperto para enfrentarse en duelo con un mortifaga veterana, no puedo estar fuera del ministerio tanto tiempo como vosotros pero si tu participas, yo también-esa era otra de las razones por las que quería estar allí, si se enfrentaba contra Bellatrix prefería estar allí y poder evitar alguna desgracia a estar sentada en mi despacho y enterarme cuando no se pueda hacer nada, aunque yo no podia evadir mis responsabilidades en el ministerio, y quizas encontrasen a bellatrix cuando yo estaba cumpliendo con esta, pero eso ya era cosa de suerte y esperaba que no sucediera asi, a el no le gustaba que yo participase y a mi tampoco que lo hiciera él, esperaba que por lo menos entendiera aquello. Me senté en el sofa esperando que su reacción no fuera la de antes, ya sabia que el tema no se iba a quedar donde lo dejamos pero lo que no esperab era volver a comentarlo en el mismo dia

Como me lo imaginaba comenzó a darme la contraria, era evidente de que no le gustara no poder participar y menos si yo estaba implicado al asunto. No me senté pero acabe por estar en frente de ella con los brazos cruzados y mirando la como si esperase que en cualquier momento soltase que era una broma.
- En primer lugar no participas porque lo digo yo ya que eres Ministra y lo peor que podrías hacer en estos momentos es meterte en este caso. En segundo lugar no dejaré que Deyanira participe por el motivo que acabas de decir por eso hablaré mañana por la mañana con ella. Y en tercer lugar, puede que seamos pocos, pero los que somos ya somos suficientes además de que no solo hay que mirar cuantos somos, sino también que dones tienen - hice una pequeña pausa - ahora ¿vas a seguir discutiendo conmigo? -
Esperé su respuesta, sabía que no le gustaba la idea, o sabía de sobra, pero a mi tampoco me gustaba que investigase sobre el tema de el Conde y a pesar de insistir no podía evitar que lo hiciera, entonces ¿por que no iba a poder evitar que participara? No era solo para protegerla por ser mi pareja, sino ya era pensar en proteger a la Ministra, un puesto de mayor importancia de cualquier otro.

El no podía darme la razón simplemente y aceptar que participara asi que siguió llevandome la contraria, me dio razones por las que no me dejaría participar igual que yo se las había dado para hacerlo, estaba tan serio como yo y con lo cabezota que se ponía a veces sabia que por mucho que le dijera no iba a ceder-entonces quieres que me quede en mi despacho a esperar o que encontréis a Bellatrix y la quitéis de en medio o a que sea ella quien os quite de en medio a vosotros no?-no iba a participar si el seguía así, pero no quería quedarme sentada sin saber nada hasta que todo acabase, ya de por mi tenía poca paciencia y en situaciones como aquella tendría aun menos. Di un suspiro de resignación y aparte la mirada de sus ojos-no voy a seguir discutiendo, uno de los dos no se va a quedar contento con el resultado sea cual sea, tu no quiere y yo si, y posiblemente ninguno cambie de opinión, no participare pero si quiero estar al tanto de todo y ayudar en lo que sea posible, y si la cosa se pone muy mal entrare te guste o no, pero por ahora no me meto-dije esperando que dejasemos el tema ahí, no me apetecía ponerme a discutir con el, mire por la habitación esperando encontrar algo para cambiar de tema, y me fije en el baúl-¿que mas han traido?-pregunte con algo de curiosidad pero sobre todo para dejar la charla sobre Bellatrix tranquila

Al final Artemisa cedió a que no se metería pero dejo claro que se iba a meter si fuera convniente. Di un suspiro, miré disimuladamente la hora en la que estabamos, eran las 21:30 y tenía que hacer una última cosa antes de irme a dormir, pero Artemisa no se podía enterar, ahora era hora de acturar aun que no me gustaba lo que iba a hacer.
- Sabes que, haz lo que te de la gana pero luego que la gente no venga a mi si preguntan como es que la ministra a muerto y el mundo mágico se hunda en caos – dije con tono bastante enfadado.
Comencé a dirigirme hacia la puerta.
- Voy a ver si me despejo un poco -
Dije mientras me ponía la chaqueta para salir afuera. Al salir cerré la puerta más fuerte que cuando la había cerado, casi se podría considerar un portazo, pero por suerte no llegó a despertar a la pequeña Gabriella. Salí hasta la primera entrada de la mansión. Allí miré mi móvil y miré a ver si había recibido un mensaje, en ese momento me volvieron a llamar y enseguida atendí a la llamada, no tardé ni un minuto en finalizar la llamada y enseguida me puse en marcha a donde me esperaba cierta persona.
Caminé un buen tracho hasta llegar a una zona plenamente oscura donde solo se veía una silueta de un hombre alto y robusto, lo único que se podía reconocer de el es que llevaba una chaqueta larga y un sombrero de ganster, y la colilla del cigarro que en ese momento se estaba fumando. Miré a mis alrededores para ver si había alguien más a parte de nosotros dos. Miré directamente al hombre, ahora solo jugaba la seriedad.
- ¿Lo has traido? - me preguntó el hombre con una voz grave y bastante seca.
- Sí – dije sacando un sobre de mi chaqueta. El hombre lo quería coger pero yo antes retiré el sobre – por tu bien que no haga timos -
El hombre sacó de si una risa de su voz grabe pero a su vez insoportable. De su bolsillo interior de la chaqueta sacó un paquete pequeño, empaquetado con papel y por si acaso, rodeado por cada lado por un trozo de la cuerda que lo envolvía.
- Tranquilo, aquí lo tienes – me lo entregó sin más y yo le entregué el sobre que yo tenía.
Comprove que el contenido del paquete era cierto con un simple hechizo y un poco de telequinesis, al final el contenido era lo que yo le había pedido. El hombre contó los galones que había dentro del sobre, y al parecer era justo lo que a él le gustaba, el objeto no era algo barato pero tampoco demasiado fácil de encontrar.
- Como hemos quedado, nadie sabrá de esto nunca – dijo el hombre antes de desaparecer en la oscuridad para siempre.
Yo me di media vuelta para caminar de vuelta a casa, pero dando un par de vueltas más por el pueblo antes de llegar y poder disimular más al llegar a casa, ahora tenía que pensar en que iba a decir a Arte para que me perdonara de que me fuera y hablar tranquilamente sobre el asunto en el que supuestamente me había enfadado.

Mike terminó por enfadarse bastante, dijo que hiciera lo que quisiera y salió de la casa dando un portazo que por suerte parecía no haber sido lo suficientemente fuerte como para despertar a Gabriella. Mire por la ventana y vi que también salia por la puerta de afuera, me quedé donde estaba enfadada también con el por que reaccionase de aquella manera, pero también sentía tristeza por que lo hubiera hecho, notaba los ojos mas húmedos de lo normal pero no solté ninguna lágrima, no me gustaba estar así con él, odiaba pensar en que discusiones así de tontas eras las que terminaban por separarnos un poco. Subí arriba para ver si me despejaba un poco ademas de por si Gabriella se había despertado con el ruido que había habido abajo, pero cuando abrí su puerta la niña seguía dormida y tan tranquila como cuando la dejamos allí, en cierta manera me daba un poco de envidia verla dormir así, ella estaba tan tranquila sin saber si quiera de los problemas que teníamos diariamente en cambio yo estaba en el centro de unos cuantos de ellos, y su hermano también, y aunque tuviera sueño no sería capaz de dormir así de tranquila hasta que Mike no regresase y habláramos lo que acababa de suceder, no quería dejarlo así. Volví a cerrar la puerta después de comprobar aquello y baje al salón intentado no pensar en la discusión leyendo algo del trabajo que por todo lo sucedido no había podido hacer hoy, pero no me concentré mucho en ello y no sirvió tampoco para despejarme, mire la hora y mike ya llevaba un buen rato fuera, me preocupaba que siguiera enfadado, avise a lily para que vigilara a gabriella por si se despertaba, cogí una chaqueta que tenía allí abajo, ya que fuera parecía hacer bastante frió, y salí a ver si veía a Mike, Godric's hollow tampoco era un pueblo tan grande, estube un rato andando por las calle sy me quedo claro que tenía que haber cogido algo mas abrigado por que hacía mas frío del que creía, no veía a Mike por ninguna parte cosa que me preocupo, di una ultima vuelta y cogi el camino que llevaba de vuelta a casa, quizas hubiera vuelto por otro camino, pero no podía ser así por que al final me lo cruce-Mike-le llamé mientras me acercaba para ver si era el de verdad, y lo era, me fije en un paquete que tenía en las manos, eso no lo llevaba cuando salió o eso recordaba, mire el paquete un momento y luego a el de nuevo, seguía un poco enfadada pero no queria seguir discutiendo con el

Tenía la mirada baja pero aún así sabía hacia donde caminaba, pero no tardé mucho en levantar la mirada en escuchar como una voz me llamaba y esa voz me era bastante familiar. Alcé la vista para sorprenderme y ver frente mía a Artemisa, lamentablemente el paquete lo seguía teniendo entre las manos, lo metí rápidamente en el bolsillo de la chaqueta e hice como si nada, pero antes de acercarme más a ella miré a nuestro alrededor por si había alguien que nos viese.
- Artemisa, ¿también un paseo? No me gusta que andes por las noches sola -
Dije disimulando acercándome a ella para cogerla del brazo sin que se viera mucho de lejos y hacer la caminar hacia adelante. No me gustaba que cuando hiciera algo en secreto me pillasen, y menos aún que me vieran justo después con la persona que más quiero y al mismo tiempo era Ministra, eso solo podría crear rumores. Mientras caminábamos seguía mirando a nuestro al rededor por si acaso, pero luego pensé que era muy buena disimulación y decidí mirar solo al frente.

Cuando me vio iba bastante distraído, pero me fije levemente en como se guardaba el paquete en un bolsillo de la chaqueta, como si quisiera que no me diera cuenta de que lo tenía, luego me cogió del brazo y siguió adelante, no sin antes mirar al rededor como si no quisiera que nadie nos viese y me fije que mas tarde seguía mirando de la misma manera, parecía que se había olvidado de que estaba enfadado conmigo y todo aquello me extrañaba cada vez mas, algo pasaba, pero no sabía que, aunque iba a averiguarlo, le seguí el juego al principio sin poner resistencia en nada, como si no me hubiera dado cuenta de que escondía aquello -¿ya no estas enfadado?-pregunte entre extrañada y molesta-¿que pasa?-pregunté en voz muy baja para que nadie menos el pudiera oírnos, pero seguí andando con normalidad, si el estaba tan atento a que no hubiera nadie cerca sería por algo, seguimos el camino a paso tranquilo y vi como mike dejaba de preocuparse tanto por si había alguien alrededor, entramos en la casa y me solté de su brazo para mirarlo a los ojos seriamente-me diras por que estas así o te vas a enfadar e irte otra vez como antes?-dije mas enfadada de lo que pretendía, pero aun estaba un poco dolida por su reacción de antes y como se comportaba ahora no ayudaba a mejorarlo todo

Escuché su pregunta sobre mi enfado y ante ello negué con la cabeza y también dije que no con la voz. Luego en voz baja preguntó sobre que estaba pasando y dije que nada también en voz baja, ahora lo que necesitaba es que se olvidase del paquete si lo ha visto, pero algo me decía que no lo había visto. Seguimos con la misma tranquilidad caminando hacia la casa. Aunque al entrar a casa y cerrar la puerta ya saltaron las preguntas y las ganas de saber lo que ocurría, miré de reojo a Artemisa, por el momento no me molesté en quitarme la chaqueta. Esta vez no quería enfadarme, ya había sido un día bastante revoltoso - no, pero si tu te vas a enfadar dime lo y me voy a mi apartamento y paso la noche allí - me puse más en frente de ella, para tenerla de cara y no de costado - sé que mi comportamiento no es correcto y lo siento mucho - sabía que enfadarme un poco de mentira no era lo mejor que podía hacer, pero si tenía que escabullirme un momento sin que supiera lo que sucedía tenía que hacerlo.
Me adentré al salón y me senté al sofá aún con la chaqueta puesta y miré a Artemisa indicando con la mirada que se sentase a mi lado, ahora no me quedaba más remedio o que mentir o que decir la verdad, aun que no quisiera mucho decir la verdad. Pero por el momento iba a intentar quitar el asunto del paquete más atrás, ya que seguía pensando que no se había enterado de ello.
- No quiero ponerte en peligro Artemisa, te quiero mucho, si se podría decir que es que te quiero, porque siento algo más que eso. No quiero que participes a la misión no porque eres mi pareja, sino porque eres Ministra ¿que pasará si te pasa algo y a mi también? El mundo mágico estaría sumetida en un caos porque los encargados más importantes han muerto, ¿que pasará con Gabriella? A mi me gustaría que tu la cuidases. Sé que tu también quieres lo mismo para mi, pero creo que debemos de hacer algo, diferenciar nuestro trabajo con nuestra vida privada y ver lo que es más importante primero nuestro trabajo, y creo que como jefe de auror es importante proteger a la ministra, algo en el que estoy contento de que Ariana me contrate a mi, ya que creo que más cerca a ti que yo no hay nadie -

En algo tenía que darlo la razón, y era cuando decía que su comportamiento no estaba siendo de lo mas correcto, no tenía que haberlo ido a buscar para que se ponga así otra vez, -haz lo que quieras-no era lo que quería decir en aquel momento y quizás lo ultimo que debía haber dicho, pero salio de mis labios antes de que me diera tiempo a pensar en ello, me metí para dentro sin decir nada mas y una vez en el salón me senté en el sofá y cogí la carpeta que no tenía que haber dejado para ir a buscarle, a este ritmo me iba a ir a dormir en poco tiempo con tal de estar tranquila un rato, no quería que se fuera después de todo lo que ocurrido, pero si el quería y se empeñaba tanto como lo había hecho para que no participase en la misión de bellatrix poco podría hacer para evitarlo-diferencia tu también la vida personal con el trabajo, ya he sido auror y me he enfrentado a mortifagos antes de serlo, por muy ministra que sea ahora sigo siendo igual de buena que cualquiera de vosotros para la misión y tengo las misma posibilidades de que me pase como de que os pase a vosotros, si me pasase algo el mundo mágico encontraría a otro ministro que hiciera el mismo trabajo que yo, igual que lo ha hecho muchas otras veces, yo soy ministra por que la ultima murió, y ella lo era por lo mismo, y el mundo mágico sigue igual que siempre, aunque me pase algo a mi estas tu para cuidar de gabriella, y si te pasa a ti estoy yo, tu lo tienes muy fácil porque tanto en tu trabajo como en tu vida personal me proteges y termino dándote la razón y no metiéndome en lo que tu crees que es peligroso-bueno eso solo era a veces pero era lo que había ocurrido esa misma tarde, no se como lo hacía pero siempre terminaba por ganar él-y yo tengo que esperar sentada a que o bien tu cojas a quien sea o quien sea te mate a ti, eres la persona mas cercana a mi ademas de un cargo importante, por eso mismo tu necesitas tanta protección como yo, y aunque sea la ministra me niego a quedarme sentada leyendo informes mientras tu te haces el héroe, los héroes casi nunca acaban bien -por lo general o en san mungo o tres metros bajo tierra criando malvas y no quería que el terminase asi-¿vas a contarme que escondes y por que estabas tan nervioso?-pregunte mas tranquila despues de haberle dicho todo lo anterior

Ella se sentó pero cogió su carpeta del trabajo lo cual ya con ese acto me enfadé un poco y luego más con lo que escuché a continuación - puede ser que hagas sido aurora pero dudaría mil veces que te hagas enfrentado a mortífagos antes ¿quien fue que estaba junto a ti en esa casa encantada? cuando te quedaste paralizada ¿quien estaba allí cuando unos hombres aparecieron y poco después un dragón? ¿o en la casa encantada de nuevo con ese hombre idiota? o incluso en la cámara de los secretos ¿quien estaba allí? Artemisa deja de ser un cría de una vez, no te has enfrentado tu sola ante mortífagos, sino con ayuda - di un suspiro corto - ¿y si nos pasa algo a los dos? ¿después que? Gabriella acabaría con una familia adoptiva después de haber pasado por un internado, a mi al menos no me gustaría eso - me molestó un poco que digiera que actuaba como un héroe, yo no me quería hacer el héroe y menos cuando solo trataba de proteger lo que más quería, pero ante ese comentario no dije nada de nada, no valía la pena. Después de eso preguntó lo que escondía. En cierta manera ya estaba lo suficientmente arto de esa conversación para seguir discutiendo, lo cual saqué el paquete de mi bolsillo y lo puse en golpe seco sobre su carpeta - quería guardarlo para más adelante pero al parecer no me das otra elección y estaba a proposito tan nervioso porque traficar con esa persona no es algo bonito, y menos si te descubres y eres el jefe de aurores y director de san mungo y estas con la ministra del ministerio - me levanté del sofá y me giré mirando la directamente a los ojos - lo siento mucho si alguna vez en tu vida herí tus sentimientos, pero que creas que te oculto cosas ya no es mi culpa, cada uno tiene sus propios secretos, secretos que solo uno mismo sabe. Pero creo que me conoces lo suficiente como para saber cuales son mis motivos si te oculto algo, porque no creo que lo haga para hacerte daño alguno, la próxima vez no pienso hacer nada. No quiero hacerte daño pero al parecer es lo único que consigo. - hice una pequeña pausa - creo que será mejor que me vaya antes de que la situación estalle - Después de acabar de decir eso me di media vuelta, pero antes de nada tenía que coger unos papeles de una bolsa que había dejado en la entrada que necesitaba mañana para san mungo. Lo cual me paré en la entrada para buscar esos papeles, que ha saber donde los había metido.
En el paquete cubierto de papel y rodeado por una cuerva había una caja azul oscuro, en su interior guardaba una piedra curiosa de color negro pero bastante brillante y estaba bien pulida, tenía forma de plato ya que era plana pero ancha. Solo se podía conseguir en los mercados negros. Eliminaba cualquier sentimiento que uno quería eliminar y al mismo tiempo tenía poderes sobrenaturales, ya que podía absorber cualquier sobrecarga se habilidad mágica, entonces cuando uno no podía controlar su habilidad. Era una piedra prohibida porque su fuerza era inmensa y para los magos malloritariamente desconocida, pero muy aconsejada para magos famosos en el mundo mágico. Como solo se conocía en Asía era muy difícil e conseguir y a su vez una de las piedras más caras del mundo.

Lo peor de todo lo que decía posiblemente era que llevaba razón, valiente asco de auror había tenido el ministerio ahora veía por que el wizengamot me había quitado de los aurores y me había metido a ministra, por lo menos parecía que firmar y leer se me daba mejor que ser auror. Aguanté todas sus palabras sin hacer un solo comentario y sin siquiera mirarlo un solo momento, tenía la vista clavada en la primera hoja que había fuera de la carpeta con el bolígrafo en la mano aunque ni siquiera sabia de que iba el informe aquí y tampoco es que quisiera prestarle mucha atención -estoy harta de que me hagas esto, cada vez que no te hago caso te enfadas y no me dejas otra mas que pedir disculpas y darte la razón o seguir así hasta que te canses, por que tu eres demasiado cabezota para ceder primero-deje caer de un golpe la carpeta sobre la mesa y tire el boli con intención de que cayera al lado pero salió por donde no era-esta bien he sido una mierda de auror y necesito de otros que me ayuden a salir de situaciones chungas ¿contento? ya no soy auror ahora me dedico a firmar y leer informes todo el día sentadita en una habitación y de paso cuido también a Gabriella si quieres, espero que eso se me de mejor de lo que se me ha dado ser auror, por que por lo que se ve lo único que hice fue entorpecerlos el trabajo a los que lo hacéis bien-sentía un nudo en la garganta y los ojos llorosos pero sin soltar ninguna lágrima, -pues esta cria esta cansada ya de que le digan lo que tiene que hacer, asi que tú, tu caja, el ministerios y los aurores os podéis ir donde queráis, si te quieres quedar mi habitación va estar vacía y esta también la de invitados, y si no quédate tranquilo gabriella estará bien aquí, mañana lily se quedara con ella cuando me vaya al ministerio-parecía que la idea de vivir juntos se había esfumado tan pronto como lo pregunte antes, parecía que era una idea demasiado precipitada para los dos, me pase una mano por el pelo apartándome lo de la cara y luego me levanté del sofá para irme arriba sin decir nada mas, lo único que me apetecía era dormirme y no despertar ni soñar nada hasta el día siguiente, y quizás por que en el fondo esperaba un poco que cambiara de idea, aunque casi lo veía imposible, me fui a una de las habitaciones vacías, la que debería haber sido de mis padres pero nunca usaron en realidad, para cuando nos mudamos a godric's hollow mi madre ya había muerto, y mi padre no tardo demasiado en seguirla, me quite la chaqueta que aun llevaba puesta y la tire a un sillón que había allí, ya me daba igual lo que hubiera en el paquete aquel, quería bajar y decirle que lo sentía por aquello, pero me sentía mal hasta para aquello. Me tumbé en la cama con la ropa puesta todavía, no tenía mucha intención tampoco de ir a ponerme el pijama, se me escaparon un par de lágrimas de los ojos. En aquello momentos me daba igual que el ministerio se fuera a pique y ojala los aurores con el, era por culpa de estúpido trabajo que tenía que estábamos así y pensaba hacerle caso a partir de este momento, sobretodo ahora que me daba cuenta de lo poco que servía para defenderme a mi misma y mucho menos a alguien mas, se acabaron las investigaciones y las salidas, tenía que ocuparme del grueso papeleo del ministerio no? pues eso haría y las misiones se las dejaría a los aurores mas capacitados de lo que yo había sido. Seguí despierta tumbada en la cama de la habitación, con lagrimas en los ojos y sin saber si al final Mike se había ido o no, puede que si que me estubiera comportando como una cria, pero resultaba que no hacia mas de unos meses todavia estaba en el colegio y mi unica responsabilidad era sacar buenas notas, ya tendría mi tiempo para coger las responsabilidades de una ministra, parecía que por ahora iba para largo pero no tenía claro si lo seguiría aguntando mucho mas o dimitiría antes de que el cargo acabase conmigo

A pesar de escuchar sus palabras no dije nada más, al estar en la entrada en busca de unos papeles creí haberlos encontrado, pero pasé completamente de ellos. Me senté al suelo di un suspiro ¿qué acabo de hacer? ¿qué es lo que he echo? Pasé mis manos detrás de mi cabeza, agachando la cabeza para esconderla entre las piernas. No pensaba que había gran escapatoria del asunto e irme no era la mejor idea de todas, por lo que solo tenía una única solución. Me quité la chaqueta y subí al piso de arriba, primero miré en la habitación de Artemisa pero allí no estaba, lo cual el único lugar donde podía estar era en alguna de las dos habitaciones vacías. A la primera miré en la habitación de invitados, pero allí no había nadie, lo cual solo quedaba una habitación más, la de sus padres suponía yo. Al mirar allí veía que estaba tumbada en la cama. Me adentré a la habitación y me senté en el borde de la cama, al costado de ella. Bajé la mirada a mis piernas donde encima tenía mis manos y jugaba con ellas, se notaba que estaba nervioso.
- Lo siento mucho cielo, no sabes cuanto lo siento. Participa en las misiones si quieres, pero hazme un único favor, no te alejes de mi de dos formas, en hora de una batalla y luego de esta manera. Perdóname por hacerte enfadar, de verdad de que lo siento -
Coloqué una de mis manos sobre ella, esperando que no reaccionara de manera brusca ante aquel contacto y que me disculpara. No quería pelearme con ella y menos de esta manera, lo cual lo único que era posible para solucionarlo era disculpándose y que se hiciera lo que uno de los dos dijo, esta vez estaba yo propuesto de perder lo que yo quería hacer bajo esa condición, que simplemente no se fuera de lado. En cambio, si no aceptase mis disculpas al día siguiente no vería rastro mío alguno, solo si entrara en el departamento de aurores y en San Mungo, pero en su casa ni mi sombra. Solo esperaba que no la hubiera enfadado lo suficiente para ello con mis tonterias. Reconocía que muchas veces me estaba pasando, y esta vez me había pasado más del a cuenta.

Seguía tumbada en la cama, con los ojos llorosos y sin dejar de pensar en si estaba haciendo bien o no dejando que el se fuera de aquella manera, tendríamos que hablarlo mas tarde o mas temprano pero en aquel momento no tenía ánimos suficientes para bajar las escaleras y enfrentarme directamente a el ademas de que con lo tensas que estaban las cosas era mas probable que volviéramos a discutir en vez de arreglarlo, y sinceramente tenía miedo de que en una de esas discusiones tontas todo se acabara, no quería pensar demasiado en aquella posibilidad pero seguía existiendo, y perderle de aquella manera me resultaba tan doloroso de pensar casi como la idea de que le pudiera pasar algo en alguna de las misiones. Seguía pensando en aquello con un nudo en la garganta hecho hasta que la puerta de la habitación se abrió, pensé que podría ser Gabriella que se había despertado o quizás Lily y que hubiera pasado algo pero lo que no me esperaba era que Mike entrase en la habitación, se sentó a mi lado en el borde de la cama, no sabría decir que expresión tendría por que no era capaz de mirarle a la cara, en aquellos momento solo sentía un miedo terrible a que el quisiera que todo terminase en ese mismo instante, pero al final sus palabras fueron lo único capaz de calmarme. Puso una de sus manos sobre mi mejilla, cogí aquella mano con una de las mías y aparté suavemente, pero sin soltarla luego, me tranquilizaba sentir sus contacto aunque solo fuera cogerle de la mano, me senté en la cama y me seque algunas lagrimas que me quedaban con la mano libre-yo soy quien lo siente, no tendría que haberme puesto así, no tengo forma de justificar por que lo hice, solo me da miedo de que mientras yo no este pueda pasarte algo-se me volvió a hacer un nudo en la garganta solo de pensarlo-no participare a menos que sea necesario, si eso te deja mas tranquilo-me abracé a él y deje caer la cabeza sobre su hombro cerrando los ojos-pero no vuelvas a enfadarte asi conmigo por favor

Se abrazó a mi dejando caer su cabeza a mi hombro, un abrazo... eso era lo que necesitaba ahora, un sencillo abrazo. La rodeé con mis brazos y cerré los ojos dejando solo que sienta su tacto contra el mio - creo que los dos tenemos tanto miedo de perder al otro que es lo que hace que nos enfademos mutuamente - di un pequeño suspiro - algo que tenía que ser bueno es malo para nosotros - me separé un poco de ella para darle un tierno beso en la frente y luego buscar con mis ojos su mirada y finalmente volver a abrazar la con un poco más de fuerza que antes contra mi - todo lo de hoy es culpa mía, no tuya, tu no has echo nada, solo intentas ayudarme - Me volví a separar de ella, pero esta vez ya un poco más y buscar sus labios y tocarlos, disfrutando como la primera vez que toque sus labios, de nuevo con ese miedo de no poder sentir ese tacto tan perfecto en mis labios y al mismo tiempo con deseos de seguir sientendo los mas - me voy a la habitación, si quieres venir vente, si quieres descansar sola tranquila que lo entenderé - dije mientras me levantaba de la cama para salir por la puerta e ir a nuestra habitación. Allí me cambié la ropa poniéndome el pijama y me tumbe en la cama bajo las cantas, me quité las gafas que seguía teniéndolas puestas desde que Ariana vino de visita. Miré por la ventana y vi que los cristales estaban húmedos por el borde, pero me fijé más en el paisaje nocturno que tenía en frente mía. Había solo mitad de la luna, pero igualmente iluminaba parte del paisaje y se podía ver partes.

Volví a casa después del trabajo, hoy era un día de mucho trabajo pero también hice cosas para los días restantes de la semana que me esperaba. Al llegar Gabriella escuchó la puerta y vino a la entrada a recibirme. Me quité la chaqueta y dejé los papeles a un lado, ya me pondría más tarde con algunas cositas. Cogí a Gabriella en brazos y la salude y seguidamente pregunté lo que había echo. Ella comenzó a soltarme unas frases sueltas pero si yo las encajaba sabía que había jugado al jardín, había dado un paseo y había conocido a unos amigos nuevos.
Los dos entramos al salón donde estaba el auror de guardia. Le pregunté a él que tal había ido la cosa y me respondió que había ido todo sin ningún suceso. Después de escuchar la respuesta le di las gracias y le dije que ya se podía marchar ya que iba a quedarme yo en casa. El auror se fue al darle permiso despidiéndose de Lily, Gabriella y finalmente yo.
Me senté al sofá y Gabriella se acercó a mostrarme unos dibujos que había pintado, un dibujo de la casa y todos los miembros de la familia. Sonreí al ver el dibujo y propuse a Gabriella colgar el dibujo en la nevera, ella dijo que si y los dos nos dirigimos a la nevera para colgarlo con un iman. Después de eso volvimos al salón.

Últimamente a pesar de seguir con mi cansancio que ya se hacía algo habitual, había estado en el ministerio algo mas de tiempo, tenía una nueva investigación entre manos, algo que nadie mas sabía y que a mi misma me había sorprendido encontrar. Había sido la semana pasada o la anterior cuando revisando algunos informes viejos de seguridad del ministerio había dado con algo que no me esperaba, era una carpeta normal pero lo que me llamo la atención era el nombre que tenía escrito el nombre de Alba Coman, fue el apellido lo que me llamo mas la atención que el nombre pero luego recordé que así se llamaba la madre de Mike, deje el informe que temía y cogí ese, ya sabía que al final no resultó estar muerta pero tampoco sabíamos nada de ella, y mientras lo leía hubo otro nombre que resaltó y que me sonaba un poco, estaba segura de que Mike lo había nombrado alguna vez, Victoria Coman, si no me equivocaba era una tía suya o algo así. Busqué información sobre ella y al final encontré lo que buscaba, también me había dicho Mike que ella vivía aun en Nueva York, por lo que busque un poco de su vida allí y encontré que visitaba con frecuencia a otra bruja llamada Alba Nesbitt, me pareció mucha coincidencia que se llamase igual que la madre de Mike, por lo que pedí al ministerio de magia norteamericano un informe sobre ella y al cabo de poco mas de una semana tenía lo que buscaba, por lo visto no hay ningún registro de una bruja con ese nombre antes de que llegara a estados unidos hace tres años, justo cuando la madre de Mike parecía haber muerto aunque luego descubrimos que no. Mas tarde yo misma fui a ver si era verdad y hay que reconocer que tenía cierto parecido con Mike, y al final tuve razón era la madre de Mike y quedé en hablar pronto con ella.
Por fin después de todo esto regresé a casa me lleve una agradable sorpresa cuando me encontré con el Mike ya estaba allí con Gabriella y no había rastro del auror que solía quedarse con ella, la carpeta con la información sobre la madre de Mike no destacaba en absoluto sobre las demas carpetas que llevaba por lo que la deje el la mesa junto con el resto de cosas como si no fuera mas importante que las demás cosas. Gabriella fue la primera en acercarse a mi y me llevó a la cocina para enseñarme un dibujo que había hecho de toda la familia, luego regresamos al salón y me acerqué a Mike para darle un beso, ya había echado de menos sus labios desde por la mañana que llevaba sin verle, ya que con la investigación no había ido en toda la semana a casa a comer, si no que me quedaba en el ministerio-hola-dije sonriente, pensaba convencerlo para ir en estos dias a Nueva York y poder darle una sorpresa con su madre

Artemisa vino a casa y Gabriella se encargo de ocuparla en mostrar su dibujo. Lueo volvieron las dos al salón y Arte me dio un beso antes de saludarme. Yo respondí con ganas a su beso - hola ¿que tal el trabajo? - dije sonriendo intentando guiar la con las manos para que se sentara a mi lado y pudiera pasar mi brazo izquierdo encima de su hombro, reclamando la con ganas ya que deseaba volver a estar con ella como antes, como cuando eramos estudiantes, pero eso no era posible, solo podíamos avanzar en la vida, no volver atrás.
Encendí la televisión al ver que era hora de las noticias muggles - a ver lo que sucedió hoy - dije mirando la televisión esperando que no sucediera nada malo en el mundo muggle. No solía mirar mucho la televisión, pero si que la miraba para las noticias. Gabriella comenzó a jugar con sus muñecas ella sola ya que Lily estaba haciendo otras cosas más importantes.

Después del beso, hizo que me sentara a su lado y paso un brazo alrededor de mis hombros, era agradable poder pasar un rato aunque fuera así, Gabriella se puso a jugar con sus muñecas con lo que nos dejo el sofá para nosotros mientras ella se entretenía sola-pues largo aburrido y cansado-contesté cuando preguntó que tal me había ido el día, a pesar de haber estado investigando por mi cuenta sobre la madre de Mike, no era nada agradable pasarme el día allí, me acomodé un poco a su lado apoyando la cabeza en su hombro, descansando por fin un poco-¿que tal va todo por san mungo?-no solo era una pregunta por su día si no que como ministra también tenía que estar pendiente de si ocurría algo grande en el hospital mágico, cosa que por lo menos hasta que naciera el bebe esperaba que no. Puso las noticias de los muggles, y no les presté mucha atención la verdad hasta que apareció algo que me vino bien, eran noticias sobre Nueva York no me enteré muy bien de que pero lo aproveche un poco- quiero ir a Nueva York...-dije en el mismo tono que cuando le decía el ultimo antojo del día - nos íbamos a tomar unas vacaciones los dos y me ibas a enseñar la ciudad, pero cuando nazca el bebe no vamos a tener mucho tiempo de visitar nada y como podemos aparecernos y desaparecernos no tenemos por que tardar tanto como los muggles cuando van de viaje

Sonreí al escuchar que era largo y aburrido, al parecer no había pasado nada por allí y eso significaba que todo estaba tranquilo. Me preguntó que tal iba las cosas por el ministerio - ningún incidente y todos trabajando duramente, no cambió nada - estaba claro que si que había veces donde veías algún pequeño problema, pero por suerte esos pequeños problemas se podían solucionar antes de que se convirtiera en un problema de verdad. Nos quedamos los dos mirando las noticias mientras ella se acomodaba en mi. Aparecieron unas noticias de Nueva York y en ese momento dijo que quería ir allí, la miré sorprendido ¿de donde había sacado eso justamente ahora? Me dio que queríamos tener unas vacaciones y eso era cierto, y que después de que nazca el bebé no podíamos, también era cierto, pero se olvidaba de cierta noticia - cielo, yo también quiero ir y mostrarte la ciudad donde nací, pero ahora eres ministra y yo jefe de san mungo y del departamento de aurores, y además esperamos un bebé, tenemos que preparar todo para cuando nazca el bebé y no solo en casa sino también en nuestros trabajos, además ¿que pasará con la casa? ¿y Gabriella, Kyra, Lily incluso Amber? - quería ir de vacaciones con ella pero teníamos nuestras responsabilidades y no podíamos dejarlas a un lado.

Como ya me había imaginado empezó a poner pegas contra ir a visitar Nueva York, empezó diciendo sobre las responsabilidades de nuestro trabajo, ya sabía que yo era ministra y el director de san mungo, era algo que fastidiaba mas veces de las que daba algo bueno, por lo que resultaba un detalle difícil de olvidar, luego dijo de que estábamos esperando a que naciera el bebe y que teníamos que preparar muchas cosas y termino por preguntar por Gabriella lily y demás-podemos aparecernos un viernes allí y desaparecer para el domingo, nosotros no dependemos de aviones ni cosas así como los muggles, no creo que el ministerio y san mungo se hundan por un fin de semana que pasen sin nosotros, además con el embarazo el secretario del ministerio y el wizengamot hacen ya la mitad de mi trabajo y todavía tenemos cinco o seis meses hasta que nazca el bebe, tenemos tiempo de sobra para preparar las cosas para entonces, y Gabriella ya tiene un auror para todo el tiempo que tu no estés, lily y compañía no se separan de ella por la que cuentan con alguien que las protegía si ocurre algo y lily ya cuidaba de mi cuando yo era pequeña puede cuidar también de Gabriella, por un fin de semana que tengamos para los dos no se va a terminar el mundo, siempre estas en san mungo y cuando no con los aurores, nosotros también te necesitamos tanto como ellos-dije refiriéndome a mi y al bebe

Como siempre cuando ella quería algo y yo insistía con que no era buena idea siempre tenía que intentar convencerme para que digiera que si. Pero este caso no era muy difícil de convencerme. Di un suspiro y la miré con una sonrisa - no sé como lo haces pero cuando me convences consigues convencerme - dije riendo. Al mirar de nuevo la televisión seguía mostrando la noticia de New York, yo me fijé más que nada en el tiempo que hacía allí - pues para las maletas tendrá que haber ropa de primavera - dije pensando más o menos en la estación que estábamos. Le dí un beso tierno a los labios, deseando ya con ganas que viniera ya el momento para irnos. Después de ver las noticias muggles Lily nos llamó para cenar y después de allí todo fue pasando como siempre.

Después de mi muerte no había ocurrido nada, había simplemente observado todo lo que ocurría por el mundo, y sorprendentemente no me alegré demasiado cuando el desgraciado ese de Coman y mi niña rompieron, pero igualmente no hice nada, se les veía a los dos bastante mal pero después de hablar con el retrato de Diana acordamos no intervenir, quería avisarla de la trampa que le estaban tendiendo los mortifagos, pero de nuevo el cuadro de mi esposa me dijo que simplemente dejase las cosas pasar como llegasen, y finalmente volvió a acertar las cosa salió bien precisamente por la rápida actuación de Mike, mas tarde volvieron a estar juntos y adoptaron a la hermana pequeña de este, yendose a vivir juntos a la mansión Slytherin, estaba por empezar a hacer putadas como fantasma pero Arte se quedó embarazada, y quizas fuera el hijo de un mestizo pero también era en parte Slytherin y al final no hice nada, simplemente observé todo lo que iba ocurriendo, o muchas de las cosas que ocurrían en la vida diaria de los habitantes de la casa por que había mas de una que prefería no ver. Ahora se encontraban los tres habitantes de la casa en el salón y yo como fantasma simplemente observandolos, a Arte se le empezaba a notar el segundo embarazo en el trecer mas que me parecía que estaba ya. Se encontraba sentada en el suelo con la espalda apoyada en el borde del sofá jugando con la niña pequeña que se llamaba Gabriella, y Mike estaba por detas de ellas sentado en el sofa, los tres parecían realmente una familia feliz, y ahora veía lo equivocado que estaba por haber echo tanto por separar a esos dos en vida. Desaparecí dejandolos con su escenita familiar y me fuii al desvan donde estaba en cuadro de Diana que era lo unico que ya quedaba de ella, gracias a dios los cuadros magicos eran como una parte del alma de esa persona aunque nunca sería lo mismo

Por fin había conseguido que se durmiera Katherine, por norma general era con ella con quien tenia mas problemas a la hora de lograr que dejara de llorar, con Daniel era todo mas sencillo gracias al parsel, ahora si que estaba verdaderamente agradecida de esa habilidad aunque estuviera tan mal vista. Pero Katherine no había sacado esa habilidad, tendría que alegrarme, eso la hacía menos Slytherin que a Daniel y a mi, pero resultaría de lo mas cómodo que la tuviera cuando empezaba a llorar.
Como casi era habitual ya, Mike no estaba, no se había cogido del todo las vacaciones, si no que faltaba cada dos por tres pero seguía con su trabajo incluso los días que iba estaba mas horas de lo normal...pero era trabajo, claro, no podía hacer nada contra eso.
Dejé a Katherine en su cuna y miré el reloj de mi muñeca, eran mas de las dos de la madrugada ¿donde estaba Mike?
Al levantar la cabeza vi mi reflejo en el espejo y no pude evitar poner mala cara, seguía siendo yo pero mi cuerpo aún se veía bastante cambiado y no precisamente para bien. Me acerqué al espejo, me miré de frente, luego de lado, del otro... pero todo se veía igual de mal, me aparté del reflejó, no quería seguir viéndolo.

Salí de la habitación de los niños y me dirigí hacia la cocina pero a medio camino escuché la puerta ¿Mike? volví a mirar mi reloj. Las 2:30. Si era él tampoco tenía muchas ganas de enfrentarme a él, pero tenía curiosidad por saber que había sido esta vez lo que lo había retrasado tanto. Terminé de prepararme un té, tomándome más tiempo del que necesitaría normalmente y luego me dirigí hacia el salón, apartando la mirada cuando pasé por delante de un espejo que había en una de las paredes.